El nuevo Amekage

La lluvia era abundante en la aldea, pues claro, por algo se llamaba la aldea de la lluvia, las potentes ráfagas de viento enfriaban cualquier cosa que caliente se encontraba, y también hacían más difícil el moverse de la gente. Jeffrey, con su ropa cotidiana, y su bata de un marrón claro, se encontraba caminando por las calles de Amegakure, llevaba su banda de la aldea en su frente, y su cabello mojado estaba. Perdido en sus pensamientos, chasqueo la lengua, y entro a un puesto de ramen, sacándose su abrigo particularmente discreto, y sentándose en una silla, un anciano, de cabellos blancos, con cortes en la cara y en los brazos, de vestimenta blanca, apareció, con un anotador y una lapicera, preguntando con amabilidad y con voz baja lo que el joven quería comer, este respondió -La especialidad de la casa por favor- atento regreso a la cocina y empezó a cocinar, para servir el ramen y llevárselo al Clayton. Sacando sus palillos, se dispuso a comer, ya que se hallaba muerto de hambre, no era muy buen cocinero, y no tenía ni a su madre ni a su padre, que le pudieran cocinar algo.
Al terminar de comer, simplemente dejo los palillos en el tazón, y le pago al señor, para que este le diera su vuelto, y finalmente, cada uno se diese vuelta yendo por distintos lados. El cabello de Jeffrey comenzó a mojarse nuevamente, se puso a pensar...¿Porque no había tenido misiones? y mas interrogante aun ¿Porque la aldea estaba tan baja económicamente? decidió ir a paso lento al despacho del Amekage, para hablar con el.
Finalmente logro llegar a su destino, mas no había nadie cuidando la entrada, por lo que paso sin problema alguno, atravesando pasillo por pasillo, escalones por escalones, llego a la puerta de la oficina, entrando a esta de un leve movimiento, pero no logro ver nada, algo de polvo, todo desordenado, y mas malo aun , el Amekage no se encontraba, esbozo una sonrisa bastante grande, y acomodándose sus lentes y secándose el cabello, saco el polvo de la silla del Kage de la aldea, para sentarse en esta. Su pensar no fue muy largo, porque tampoco era una mala decisión, pero aun así ese papel consta de grandes responsabilidades, Jeffrey, estaba listo para ser el Kage, y sacar adelante a la aldea, así que yendo al balcón del despacho grito energético -¡Damas y caballeros, niños y niñas, desde hoy, tienen un nuevo amekage! ¡Por siempre la aldea ha tenido problemas económicos, y ha sido bastante débil, pero eso se acabo!- Sin mas volvió a entrar a la oficina, y empezó a limpiar todo y ordenar todo, hasta que finalmente termino, se sentó en su silla, y se quedo firmando papeles y peticiones -Uf, estoy atrasado-