Mientras el sol comenzaba a ponerse sobre el horizonte, 2 anbus de Konohagakure custodiaban en las sombras las puertas de la aldea, la luz iba desapareciendo poco a poco, la silueta de un hombre se lograba distinguir mientras se acercaba a paso lento hacia las puertas de la aldea, su apariencia en si, no era amenazadora en absoluto, pero sus ojos color rojo eran dignos de temer, los anbu mantuvieron su pocision, a medida que aquel sujeto se acercaba, hasta que estuvieron cara a cara con el...
Sin mas que una leve mirada a ambos y estos cayeron inconsientes, al suelo sin poder hacer nada, mientras que aquel sujeto de dorados cabellos ingresaba de forma tranquila y relajada a su antigua aldea...