Intentando Hacer Nada [Privado]

Una fuerte lluvia se comenzaba a alzar por los cielos y caía endemoniadamente a la tierra enfriándola y mojando los cuerpos de aquellos sujetos que apenas y se atrevían a salir ante tal aguacero. Se podía notar como el cielo se oscurecía debido a las grises nubes que en las alturas se posaban con calma, sobre las cabezas de aquellos que se encontraban curiosamente en nada más y nada menos que la tienda de ichiraku ramen, un pequeño local que estaba generalmente abierto al público con su venta de gran variedad de alimentos. Rápidamente Ecstasy corría mojando sus largos y grises cabellos, aquellas ropas extravagantes que llevaba y su rostro con esa cicatriz de mejilla a mejilla. Se metió dentro del local y se sentó en una de las sillas a un lado de un desconocido hombre de cabellos rubios, mientras era atendido por un anciano. Se le presento una variedad de alimentos y este decidió rápidamente, mientras en su cintura cargaba dos bolsas, y su extraño brazo era recubierto por una especie de armadura metálica con garras. Era más que obvio el que aquel recién llegado no era un civil común y corriente.


Miro a su lado observando al hombre de cabellos amarillentos, una sonrisa de medio labio esbozo y estiro el brazo que no poseía la armadura para saludarle, estrechando su mano.

Mucho gusto, Ecstasy, Otokage en el País del Arroz.

La comida había llegado, y quien era su compañero en este lugar era el famoso Raikage de la aldea oculta entre las nubes, un encuentro bastante interesante puesto a que aquel ExAkatsuki y ahora líder de su propia aldea tenía ciertos planes que quería contar, y no esperaría ni un segundo para hacerlo. Tomo el plato de comida y comenzó a comer, haciendo luego una pausa para hacer una introducción a lo que quería decirle a aquel hombre.

Raikage, ya veo… tenía algo que comentarle, algo que quizás le sea de interés. Nosotros como lideres procuramos el bienestar de nuestras aldeas, geográficamente hablando estamos separados únicamente por dos pequeños territorios que dialogando, fácilmente se pueden unir a mi causa, la construcción de una republica, un paraíso… ¿Qué opina si… convertimos nuestras aldeas en una sola?

Escucho las palabras de aquel hombre, le parecía que estaba de acuerdo a lo que el mismo quería, por lo que continúo comiendo y al terminar, pago su cuenta y giro levemente la silla en la que se encontraba para comenzar a hablar con el Raikage de manera poco más formal que antes. Le observaba fijamente mientras continuaba explicando su proposición que esperaba fuese aceptada, después de todo, sería bastante productivo para las dos aldeas el unirse, el país del arroz y el país del rayo, los dos unidos par afirmar una alianza pacifica.

Si, comprendo esas… pequeñas formalidades que hay que arreglar, sin embargo, yo mismo puedo encargarme de eso, y espero que sea todo un proceso pacífico ya que no me gusta mucho usar la fuerza. Una vez arregle esos procesos pacíficos para la alianza estaremos más que listos, sin embargo, si acepta… tome esto señor del rayo.

Saco del bolsillo un extraño anillo bastante peculiar con una especie de rayo grabado con fondo negro.

Si se lo pone, significa que ha aceptado, y al hacerlo tendrá ciertas cualidades que quizás le llamen la atención, ese anillo hará una conexión entre su alma y el mismo, y nos permitirá a los dos saber donde nos encontramos, será simple cuestión de seguridad, apoyarnos en caso de que lo necesitemos.

Excelente…

Susurro en respuesta a las palabras del Raikage quien había aceptado el trato. Este se dio media vuelta levantándose del asiento giratorio en el que ya se había encontrado ahí por unos minutos, notando que la lluvia seguía y un par de rayos iluminaban los cielos fuertemente, haciendo aquel ruido de gran magnitud que ensordecía hasta al más escandaloso. Una vez parado, procedió a decir las últimas palabras.

Bienvenido a Yumegakure no Sato, aldea oculta entre los sueños…

Dio la espalda a su nuevo compañero, mientras se alejaba entre la lluvia diciendo un par de palabras más antes de que su cuerpo desapareciera por completo entre la lluvia y la oscuridad.

Yo te contactare cuando sea prudente mi joven aliado…