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 La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu]

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MensajeTema: La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu]   La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu] Icon_minitimeJue Ago 04, 2011 4:38 am

P A R T E 1
L O S - R O B I N H O O D
La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu] Wall-3
[6 paginas - 171 lineas aprox]

No había pasado mucho tiempo desde aquel hombre había logrado la gran hazaña de capturar un bijuu el solo con su técnica de sellado desarrollada hace aproximadamente un par de meses. Aquel hombre había conseguido lo que muy pocos eran capaces de hacer, y sobre todo siendo él, el único que luchaba contra una criatura que le doblaba en tamaño y triplicaba en poder. ¿Cómo lo había conseguido? Simplemente estrategia, poder, frialdad, un hombre calculador era lo que estaban presenciando, un hombre que no temía a la muerte, si mas bien le adoraba con creces, pues incluso una de sus aficiones era el canibalismo, comida fresca, la cacería humana, bastante macabro a decir verdad, pero verdaderamente digno de un miembro de la organización con mas mala fama otorgada por las cinco grandes naciones, Akatsuki, los hombres de las nubes rojas. Su nombre era Ecstasy, pero generalmente le conocían como Monster, apodo que le quedaba perfectamente a un sujeto cuyas capacidades eran tan grandes como las de una bestia mítica de cinco colas, el Gobi, un caballo con una especie de cabeza de caballo y cinco aparentes cuernos en su rostro. Habían pasado exactamente 2 meses con 3 días y 5 horas, el chico de cabellos alargados, una estatura bastante alta, peso promedio, musculatura común pero elevada para su contextura, pues era miembro de un clan llamado Yotsuki. Sus ojos extravagantes, sobre todo aquel orbe anillado que demostraba ser poseedor del Doujutsu supuestamente más poderoso de todos, el Rin’nengan. Sus largas uñas pintadas de negro, un tatuaje, una capa negra con nubes rojas bordeadas de un tono blanquecino con gris, aquel sujeto actualmente se encontraba en dirección a una extraña aldea recién descubierta por un grupo de exploradores, pueblo ubicado en las profundidades del bosque oscuro cercano a Konoha. Bastante extraño pues era un grupo de shinobis renegados, Ronin’s que vivían sin ningún señor feudal que impusiera ordenes por sobre ellos. Guerreros ocultos entre los árboles que asaltaban a uno que otro viajero que paseaba por ahí.

Pero… ¿Por qué tal shinobi como Ecstasy planeaba ir hasta aquel lugar?, era simple, debía entrenar y no había mejor forma que con un combate, se decía que aquellos hombres lo hacían todo a cambio de dinero, y que robarían a cualquier intruso que por ahí pasara. ¿Qué mejor “excusa” para matar que la auto-defensa, o defensa propia? Ninguna, era un motivo excelente para entablar una batalla que esperaba el no terminara con la muerte de sus contrincantes, o con la suya, cosa que realmente sería estúpido pues el al fin y al cabo terminaba haciendo todo lo contrario a sus deseos. La villa encontrada se ubicaba un tanto lejos, apenas llevaba el 15% del viaje aproximadamente, se podía ver como caminaba un tanto aburrido con sus brazos ocultos por el Kimono Akatsuki, metidos dentro de este y calmado de una forma verdaderamente impresionante, aun cuando por ese lugar rondaban enormes insectos venenosos, jaguares y uno que otro extraño animal peligroso. Su cuerpo poco a poco se tambaleaba esquivando las ramas con lentitud, pacíficamente desplazándose entre lo oscuro del lugar, viendo a lo lejos entre árboles y arbustos, ramas, tierra, uno que otro chimpancé colgado en el árbol siendo devorado por algún animal más grande que él y aquellos muy leves rayos de luz que intentaban penetrar la enorme vegetación que se alzaba con aquellos troncos duros como la piedra y gruesos como los pilares de un gran edificio.

Pasaba el tiempo lentamente, comenzó a acelerar el paso pues las ansias carcomían su cabeza, deseoso de llegar al lugar en el que le habían prometido conseguiría una buena pelea, la aldea de los Ronin. Según mitos y leyendas, estos eran un grupo de guerreros desterrados sin el más mínimo honor, la mayoría de ellos estaban compuestos por Samurais y uno que otro Ninja que utilizaba sus artes “místicas” para ayudar a su grupo de asesinos a sueldo que intentaban conquistar por así decir, alguna otra aldea a parte de la suya. Para resumirlo, eran matones que apenas y se veían una que otra vez, pues no tenían la fuerza necesaria como para abatir ellos solos una gran nación, y que se valían de los robos, atracos y una que otra misión otorgada por personas con mayor capital y poder político que estos simples peones de las guerras que constantemente se armaban.

Ya pasada un par de horas, a lo lejos se pudo observar claramente un humo que provenía de una fogata armada obviamente por refugiados o algún tipo de persona que llevase tiempo ahí, pues varios árboles en los alrededores presenciaban ramas cortadas por machetes, otras rotas y unos muy poco quemados. Esto era algo obvio, signo de que gente estaba o había estado por aquí. Aquel hombre simplemente camino sin estrés alguno, disminuyendo esta vez la velocidad, moviéndose por los suelos, esquivando una que otra rama o raíz que provenía del suelo, intentando evitar los pequeños insectos que en el suelo yacían. Al llegar, su mirada se sorprendió, el suelo estaba levemente manchado de sangre y un grupo de hombres, unos 7 u 8 aparentes guerreros sentados alrededor de lo que parecía ser el cadáver de una joven mujer. Las pupilas del shinobi se dilataron al ver tan atroz acto que si bien el había matado a muchas personas, jamás a una indefensa señorita, y con mas cobardía, haberlo hecho entre más de una persona. Los hombres que descansaban sobre un par de troncos cortados y arrojados en el suelo, como si fuesen sillas, voltearon rápidamente su mirada hacia el recién llegado cuya apariencia un tanto delicada parecía ser, a excepción por aquel traje que llevaba puesto, el atuendo de su organización. Una sonrisa de medio labio recorrió el rostro de Ecstasy quien devolvió el intenso mirar a sus nuevos… enemigos.

Sin pensarlo dos veces, uno de ellos y el que parecía ser más viejo entre todos pues su rostro estaba marcado con un par de cicatrices, su cuerpo desnudo hasta la mitad de su pecho también con heridas de al parecer anteriores guerras, se acerco poco a poco al invitado, el Akatsuki, se poso frente a este a una distancia de 5 metros e hizo un leve movimiento de brazos para llamar a sus otros 7 compañeros quienes rodearon completamente al sujeto de cabellera larga y uñas pintadas de negro. Sin siquiera entablar una presentación previa, el matón Ronin hablo claro, fuerte y audible ante todos los presentes, como si el jefe fuese.

Hay algo que vas a entender fácilmente – Acerco su palma de la mano contra su propio puño y apretó fuertemente haciendo tronar, sonar de manera ruda sus huesos, en señal de hostilidad. – Entraste en territorio peligroso, y nosotros obviamente somos el peligro. Podemos hacer un trato, darnos las cosas por las buenas y ser un chico agradable, o portarte mal y pues… te matamos, así de simple. Ahora, sabiendo ya eso, creo que deberías darme un par de cosas para calmar mi aburrimiento, porque si no tendré que yo y mis compañeros – Señalo a los alrededores a las personas que se encontraban a su lado, y rodeando a Monster. – Tendremos que buscar otra alternativa para quitarnos la flojera ¿no crees?

Acto seguido, el Akatsuki paseo sus manos por sobre su cabeza, peinándose levemente. Luego las dirigió nuevamente a sus bolsillos, en los que mantenía un par de Ryus que había guardado y con los que siempre viajaba. Lo tenía oculto en una pequeña bolsita de cuero que saco sin problema alguno y aun con aquella sonrisa un tanto extraña, otorgo a su “secuestrador”. Si, secuestrador, pues cuando el joven Ecstasy intento dar media vuelta para retirarse pues por lo visto los hombres no valían la pena, evitaron su retirada colocándose 4 de los 8 frente a él, y teniendo este que quedarse en aquel lugar. Sin más que hacer ,se dio media vuelta y se acerco a la fogata, para poner sus manos levemente sobre el fuego calentándose, y luego sentarse en el tronco de manera calma, observando el cuerpo muerto de la joven dama.

¿Qué estás viendo? ¿Te incomoda? – Pregunto uno de los Ronin mientras notaba la mirada fija del Akatsuki sobre la señorita sin vida. –

No, no ocurre nada, solo me preguntaba lo que había podido ocurrirle a tan hermosa mujer, no comprendo por qué yace muerta, aunque creo que es una pregunta tonta, supondría que ustedes hicieron tal acto.

Si, nosotros fuimos, y no es de tu incumbencia, aunque tengo que admitirlo, sus gritos me excitaban mientras le hacíamos el amor entre los 23…

¿23?... – respondió acto seguido a su respuesta, pareciendo importarle poco lo que había ocurrido con aquella mujer –

Si, somos 23, los demás están cazando, así le decimos nosotros a buscar dinero, o mujeres tan hermosas como esta…

Entonces la violaron, por lo visto ustedes no tienen alma, aunque para ser honesto, poco me importa lo que haya ocurrido aquí, solo espero que no intenten matarme porque preferiría mantener un ambiente de paz…

El ronin termino la charla con una mirada de furia, mientras se daba la vuelta y se retiraba. Todos hacían de las suyas, comiendo, bromeando, hablando sobre sus planes y haciendo cualquier tontería que un grupo de neandertales harían en medio de la nada. Mientras, en la mente de Ecstasy un montón de preguntas surgían repentinamente, sobre lo que haría, lo que podría ocurrir y si se quedaba lo que pudiera llegar a pasar, aunque ciertamente el sabia que se podía ir sin siquiera mover un dedo, prefería ver que planeaban este grupo de desorganizados samurái y shinobis. La noche poco a poco se alzaba, aquel manto oscuro de profunda soledad en medio del bosque carcomía la luz y dejaba tan solo una negra aura sobre los cielos, en los que curiosamente sobrevolaban apenas uno que otro pajarillo que poseía su nido cerca del lugar. Ya a esas horas del día habían llegado los demás miembros de la “organización” Ronin quienes consiguieron robar a un par de viajeros que encontraron en un camino a un par de horas del lugar. Parecían bastante alegres por su victoria y por la diversión de la noche pasada, pero no era eso los que le alegraba, lo divertido para ellos era que raptaron a una mujer mas, una mujer… no… una niña de 17 años de edad, una adolescente asustada por lo que le podría llegar a pasar. Siquiera había tenido su primera relación e iba a ser lastimosamente violada por un grupo de barbaros si nadie lo impedía.

Al final, todos estaban lo suficientemente cansados como para hacer lo mas mínimo, por lo que decidieron dormir, amarraron a la chica a un árbol, le ataron las manos y las piernas, además de su abdomen rodeado por una cuerda junto al tronco de aquel árbol cercano a una de las cabañas de madera de curiosamente nada más y nada menos que el líder. Mientras tanto, el shinobi Ecstasy era atado también, pero este dentro de una de las tiendas de acampar de otro de los samurái que ahí se encontraba. Aquel Akatsuki se escaparía por la mañana, pues deseaba dormir, que si bien estaba amarrado por las sogas, no le importaba pues aun deseaba ver el desenlace de tan interesante situación.

Ya eran aproximadamente las 2 de la mañana, el cielo oscuro y un enorme frio, un par de pasos que crujieron por las hojas secas del lugar despertaron fácilmente al entrenado ninja sub líder de Akatsuki, quien permaneció teóricamente dormido, pues la verdad estaba fingiendo. Logro sentir como un sujeto se acercaba, exactamente lo que pensó desde que llego, si se quedaba lo matarían pues no tenían motivo alguno por el cual dejarle a él con vida, sobre todo si ya sabía el paradero de estos hombres. Aquel supuesto Ronin que más bien parecía un simple vándalo, se acerco hacia el chico de cabellos lagos y grisáceos con un cuchillo, se agacho levemente e intento hacer un corte profundo al nivel del pecho, en el área del corazón. Una carcajada sonó fuertemente, despertando a todos los ladrones del lugar, los 20 o 21 que aun dormían pues siempre había un par haciendo guardia. Carcajada que provino de la boca del Akatsuki quien ahora se encontraba con una muy leve cortada al nivel del a piel, como si fuese un daño hecho por una hoja de papel al pasarla por su pecho, apenas y una muy pequeña gota de sangre salió, y aquel cuchillo metálico se doblo por completo.

Por lo visto… tendrás que usar otra cosa para matarme.

Su piel era tan dura como el metal, o quizás hasta mas, pues era un entrenamiento físico que hacían los Yotsuki para ser tan fuertes físicamente como el mismo acero, permitiéndoles recibir mayor daño físico y recibir menos daño al ocurrir esto. Sus brazos se separaron muy bruscamente rompiendo de par en par la soga. Unos gritos se comenzaron a escuchar en la cabaña del jefe, quien quitaba la ropa de la adolescente de par en par con un cuchillo, cortando la tela y dejándole totalmente desnuda. Sonriente el mismísimo Akatsuki, se levanto y rompió de igual forma pero con las piernas las cuerdas que aun le amarraban, para mirar fijamente el rostro de su enemigo y tomar del hombro de este, quien se encontraba en Shock, siquiera hizo el mas mínimo ruido de alerta, pues aun no comprendía como un objeto punzo-cortante se había doblado con la piel del diabólico hombre que ahora con su puño golpeaba el pecho al nivel del corazón de su contrincante. El Taijutsu era un arma mortal, sobre todo para un experto, y este golpe era llamado “El puño de la muerte” pues un golpe de tal magnitud a alguien de poca resistencia, podría funcionar a la inversa de un RCP o reanimación cardiovascular, pues el golpe dado al pecho en el área del corazón, haría que el mismo se detuviera por la fuerza que impactaba, causando un inmediato paro cardiaco. Impresionante lo que había hecho a su intento de asesino, pues este había caído de inmediato al suelo sin emitir siquiera el mas mínimo ruido.

Salió de la tienda de campaña con sus ropas completas, unos cuantos ronin yacían fuera, pero este sin perder el mas mínimo tiempo dio un paso al 100% de su velocidad máxima, llegando en medio segundo al otro lado del área de acampado, entrando de manera brutal a la casa de madera al romper la puerta y mandarle a volar, notando como aquel hombre anciano yacía sobre la jovencita desnuda por completo, tocando uno de sus pechos. Este camino mientras el viejo se levantaba con la chica en el suelo y se daba media vuelta. Sin siquiera pensarlo, tomo del cuello del sujeto, líder de los ronin y le levanto del suelo, el Akatsuki estaba furioso, de mal humor. Dio media vuelta y salió con el hombre colgando, ahogándose para luego empujarle hacia el piso y dejarle tirado, aun vivo aunque no por mucho pues los labios de Ecstasy se abrieron, su boca se inflo literalmente y de ella surgió un enorme chorro de vapor extremadamente caliente que choco contra el cuerpo, enfocándose en el rostro del líder de la banda de ladrones. Se podía notar como gritaba agonizando…

¡Ayudaaaa! ¡Ayudenmeeeeeeeeeee! ¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

¿Q-que mierda es esta?

Menciono otro mientras observaba fijamente a su líder sufrir, gritando de dolor mientras su carne se derretía, se quemaba por el intenso calor del vapor que chocaba fuertemente. Al detenerse, el hombre había muerto, su cuerpo había quedado totalmente quemado y su piel se podía ver como poco a poco se desprendía por el fuerte calor que había penetrado en su piel por causa del vapor de agua proveniente de la boca de aquel jinchuriki del gobi que le había permitido hacer tal técnica asesina. Los sujetos alrededor se enfadaron, no les había importado al parecer que su líder hubiera muerto de una forma tan macabra como esa.

La jovencita adolescente aun se encontraba en la cabaña, desmayada por el miedo y desnuda, mientras aquel hombre a las 4 de la mañana se colocaba en una pose de combate de taijutsu básico, Ecstasy, el especialista en ataques cuerpo a cuerpo. Uno a uno sus enemigos se acercaron corriendo con la confianza de que ganarían, mientras sus reflejos y enorme velocidad le permitían notar cada acción y gesto de aquellos ilusos que uno a uno iban cayendo. Golpes dirigidos al cuello, al estomago, a las piernas para fracturarles, llaves a los brazos para quebrar sus huesos y una que otra patada directa al rostro, aquella lluvia de golpes se acabo en no más de 10 minutos, pues tan solo un golpe para cada no sería suficiente como para dejarle inconsciente. La fuerza de un miembro del clan Yotsuki era de temer…

4:20 de la madrugada, aquel hombre planeaba irse de ahí, pero recordó que alguien más faltaba. Se dio media vuelta y se acerco a la cabaña, observando a tan hermosa joven desnuda, desmayada. Su mirada se poso en el rostro de ella mientras el quitaba de su Kimono de Akatsuki, le tomo a ella entre brazos y le vistió colocando su ropa, quedando él con el pecho descubierto y su pantalón típico. Le cargo cual matrimonio, entre brazos para comenzar a caminar, desapareciendo de aquel tan ahora calmado lugar.

Toda esta panda de inútiles no era más que un grupo de asesinos que se hacían pasar por los ronin que habían aparecido realmente, aquellos ronin que eran los realmente fuertes samuráis y shinobis que ameritaban el nombre de verdaderos guerreros. Esto que había ocurrido aquí no era más que un grupo de insolentes estafadores que osaban usar el nombre y reputación de una verdadera organización que realmente buscaba la paz y la tranquilidad de una forma un tanto agresiva para así robar a los desprevenidos temerosos que viajaban por estos lugares. Lo que haría aquel Akatsuki ahora, era al parecer algo verdaderamente insólito, cuidar a la jovencita mientras estaba desmayada, pues le cargaba y se alejaba del campamento, adentrándose una vez más en el bosque y desapareciendo de entre aquel desastre para moverse poco a poco, esquivando una vez más ramas y raíces, insectos, animales. Ahora continuaba su camino, buscando esta vez el verdadero campamento, o ciudad de los Ronin, con aquella joven en las manos.

Eran ya las 5:00 de la mañana y el sol se comenzaba a asomar en aquel hermoso amanecer, un leve tono rojizo en los cielos que poco a poco abarcaba lo que anteriormente era oscuridad y ahora era un hermoso día nuevo, un día que deseaba Ecstasy fuera prospero, más que el anterior, y más calmado, pues no le había agradado tener que utilizar aquellas habilidades taijutsu para tener que mantener la “paz”. Algo que si sabía, es que aquella técnica que había descubierto, no era de él, era de algo mas… algo que estaba dentro de él.
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MensajeTema: Re: La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu]   La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu] Icon_minitimeVie Ago 05, 2011 12:05 am

P A R T E 2
L A - C I U D A D - D E - L A - V E N T A
La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu] Wallcopia
[6 paginas - 172 lineas aprox]


2:00 de la tarde y Ecstasy aun cargaba a aquella jovencita entre sus brazos, observando el gigantesco bosque oscuro con sus orbes, buscando algún camino que seguir, moviéndose lentamente entre los altos arboles que tapaban toda luz solar que intentaba adentrarse a este sombrío lugar. A lo lejos entre las ramas un haz de luz traspaso la densa vegetación llegando hasta los extraños ojos de aquel hombre cuyo pecho estaba desnudo pues su capa o Kimono de cuerpo completo se lo había colocado a aquella adolescente que había salvado unas horas atrás. Siguió aquel rayo de luz y se detuvo, contemplando el hermoso paisaje que ante él se presentaba, pues se encontraba parado en un acantilado de un par de metros, a lo lejos aunque no mucho una ciudad de gran tamaño, se podían ver las pequeñas personas como hormigas, al parecer ese era el lugar que estaba buscando desde hace unos días, y que no había podido encontrar pues había sido “secuestrado” por aquel grupo de inútiles. Dio un leve salto cayendo en la parte de abajo del acantilado aun con la chica entre brazos y comenzó a caminar rápidamente aunque sin llegar a correr, acercándose, acortando la distancia entre ellos dos y la ciudad vista desde arriba. Un par de minutos de caminata le permitieron llegar a donde deseaba, entrando por aquellas enormes puertas que eran rodeadas por un muro de piedra con adornos bastante interesante. Entro sin titubear, observando el lugar, parecía estar repleto de gente comerciante, era una especie de lugar secreto para la venta y compra de artefactos que obviamente la procedencia de estos no eran realmente legales, todos robados. Varios mercantes posaron su mirada en el shinobi, otros le ignoraron, este simplemente siguió caminando con la jovencita entre brazos mientras sus ojos observaban los carteles de la ciudad en búsqueda de un lugar para alojarse.

Minutos después de su llegada, logro conseguir una pequeña casa que estaba en “alquiler” por así decir, era una residencia en la que debía pagar una cierta cantidad de dinero para poder dormir ahí. Entro y hablo con el hombre en la recepción, este le estableció una oferta y aquel sujeto pago sin problema alguno, pues había antes de irse del campamento de los bandidos, tomado el dinero que estos habían robado. Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón. Después de sacar una bolsita de cuero con el dinero debido para estar ahí una semana completa, procedió a pasar y entrar a la habitación que le correspondía. Observo la cama y dejo a la chica en esta, quien aun no despertaba de su profundo sueño… él se dio media vuelta dejándole a ella con su Kimono de Akatsuki para que tapara su desnudo cuerpo, que no poseía ropa alguna bajo aquella única prenda, comenzó a caminar y así exploro la habitación. Poseía dos camas, un baño, una pequeña cocina y una parte trasera que conectaba a un jardín con un estanque de tamaño medio en el cual habían un par de peces. En esta área de recreación había un par de arboles, pero nada realmente interesante más que lo útil que seria para meditar y calmar su ajetreada vida. Se sentía realmente molesto por todo lo que había pasado el día anterior y por la mañana, además de ciertamente confundido por su actitud al haber salvado a alguien que ni siquiera conocía, eso no era parte de su personalidad.

Salió hacia el pequeño parque y se agacho poco a poco para terminar sentado en posición de indio, con las piernas cruzadas y las manos en las rodillas frente al estanque, su mirada fijamente en los dos animales acuáticos que en este habitaban, dando vueltas y vueltas. Luego de eso cerro sus ojos y comenzó a respirar profundamente, relajándose con la espalda erguida, sentado de manera perfectamente derecha. Se relajo muy lentamente, descansando después de haber pasado por toda esta molestia para llegar hasta esta ciudad. Había sido un molesto y tedioso viaje, cansado estaba, eso era más que claro.

Un par de horas mantuvo su estado calmado, eran ya aproximadamente las 7:00 de la tarde, el sol se había escondido en el atardecer y una oscura noche se avecinaba, la luna llena tal como el día anterior y una fría calma que fue rápidamente interrumpida por un leve sonido de unos pasos dentro de la habitación. Aquel shinobi se levanto bruscamente y abrió la puerta corrediza de madera con papel amarillento, observando a la chica despierta y con las pupilas dilatadas, tirada en el suelo. El kimono le quedaba grande, el hombro de esta se asomaba por un lado dejando ver su tostada y hermosa piel. Aquella joven mujer miro fijamente el pecho ajeno del hombre que en la habitación ahora se encontraba, subiendo su mirar hasta sus ojos, sobre todo su orbe anillado. Este se acerco a ella y extendió su mano para ayudarle a la chiquilla a levantarse, ésta tomo delicadamente y aquel chico se sorprendió por la suavidad de su piel. Apretó levemente y halo para levantarle, esta dio un leve brinco y quedo frente a frente con Ecstasy quien ladeaba el rostro para no verle a ella. La chica poso su mano en el pecho del Akatsuki y con una amable sonrisa susurro al joven hombre.

Gracias… gra- fue callada al ver como el colocaba su dedo índice en los labios de ella, para impedir que continuara hablando-

No hace falta que lo digas.

Respondió algo serio mientras se retiraba, separándose de ella y dándole la espalda, dirigiéndose hacia la puerta de salida para así ladear una vez más su rostro esta vez para verle y dirigirle un par de palabras que llegarían de forma clara a los oídos de ella.

Vamos a salir, te comprare ropa… tienes que devolverme eso.

Ella asintió con la cabeza y comenzó a caminar saliendo junto a él. Este caminaba un poco más rápido que ella, pero la chica no se quedaba atrás, caminando lo más rápido que podía con sus manos abrazándose a sí misma para que el Kimono de nubes rojas no se le callera al suelo dejándole otra vez desnuda. Este comenzó a bajar la velocidad de sus pasos y ella logro posarse a su lado para intentar entablar una conversación con aquel desconocido.

Oye… tu… ¿tú me vestiste?

Ninguna respuesta recibió por parte del hombre, así que tomo como afirmativa su pregunta, para callar y no volver a hablar sino hasta después de llegar a la tienda de ropas, era después de todo un pueblo en el que todo tipo de mercancía se podía encontrar. Los dos entraron al local y esta comenzó a ver un montón de ropa, unas camisas, pantalones, zapatos, mucha ropa que le gustaba, parecía que aquel hombre era su padre pues no le mencionaba nada, solo dejaba que aquella jovencita se divirtiera observando tal cantidad de hermosa ropa. Después de unos minutos de ya haber entrado, la chica observo algo bastante hermoso, un vestido completo que le encanto, aunque era un poco pasado de precio. Ecstasy tomo el traje sin decirle nada a ella, mientras esta colocaba una expresión de sorpresa y a su vez algo de vergüenza pues al parecer aquel hombre le compraría aquello que deseaba. El Akatsuki después de tomar el vestido se dirigió al dueño de aquel local y le pago con otra bolsa de monedas que se encontraba colgando en sus caderas con una cuerda amarrada a su pantalón, este abrió el pequeño saco y sonrió de manera esplendida pues estaba el dinero y un poco de sobra. Tomo del brazo a la chica y comenzó a caminar lentamente, halando sin herirle en lo mas mínimo mientras esta se sonrojaba por la forma delicada con la que el desconocido le había tomado, y más por la forma tan amable con la que él le trataba a ella. Una vez más comenzaron a caminar, el soltó de su brazo y se dirigieron a la casa que habían alquilado por una semana completa, entraron y aquel hombre dejo el traje arrojándolo sobre la cama de ella que se encontraba en la pared contraria a la de él, se dirigió al baño y lavo su cara, mojando su cabeza y sus largos cabellos, salió de este y observo como la chica ya se había cambiado, dejando el kimono de nubes rojas colgado en un pequeño perchero que estaba pegado a la pared del cuarto.

Eran ya las 8:00 de la noche y el hombre estaba cansado, con sueño, no había podido dormir por lo que había ocurrido en el campamento de aquellos ladrones con los que había tenido que pelear, además de tener que cargar a la señorita cuyo nombre aun era desconocido. Se poso sobre su cama y se tiro, dejando su largo cuerpo caer con su pecho desnudo, acostándose en la cama incluso con los zapatos, volteando el rostro hacia el lado de la pared para no ver a la chica que aun estaba sentada sobre su cama, quien ahora se levantaba para posarse sobre la cama de Ecstasy y susurrar levemente sin verle a él.

Gracias… y… me llamo Taiga…

Se levanto sin mencionar más y ella se acostó sobre su propia cama, mientras la luz era apagada por un leve movimiento del brazo de la señorita antes de irse a dormir. La oscuridad inundó la habitación y el silencio por igual, mientas se escuchaba apenas la respiración de los dos seres que ahí residían. La noche pasaba lentamente y no habían transcurrido ni siquiera 2 cortas horas para que aquella chica se despertara bruscamente con la respiración agitada, asustada, había tenido una pesadilla y al parecer ahora no podía dormir, aun estaba algo tocada por lo que le había ocurrido. Aquel ruido despertó al Akatsuki quien era sensible hasta al más mínimo ruido que sonase metros cerca de él, todo gracias a su entrenamiento shinobi. Este se movió de lado para observar lo que le ocurría a su “invitada”.

Dis-discúlpame… ¿puedo dormir a tu lado? Estoy asustada, prometo que no te molestare…

Una lagrima recorría el ojo de ella quien había mencionado esas palabras asustada aun por lo que le había pasado antes, al parecer le había agarrado confianza a aquel desconocido. Esta se acerco y se sentó en la cama de él, quien se dama media vuelta dándole la espalda y pegaba su cuerpo a la pared para dejar un espacio. La jovencita sin más esperar se acostó también dándole la espalda a él para no incomodarle, cerraron los dos sus ojos otra vez y el silencio se apodero de la habitación en medio de la fría oscuridad. Se habían dormido los dos.

Ya a la mañana siguiente, el shinobi había despertado muy temprano al haber sentido el brazo de ella rodear su cuerpo, su pecho desnudo, sintiendo el rozar de sus manos cuando apenas se conocían, al parecer lo había hecho por inercia, pues se movía bastante la chiquilla mientras dormía. Este cerró los ojos e ignoro, despierto desde las 5:00 de la mañana mientras esperaba y deseaba que ella despertase, pues no tenía intención alguna de molestar el sueño ajeno al suyo. Pocas horas después, ella comenzó a abrir los ojos poco a poco, un leve bostezo y sus brazos ahora estirados hasta el borde superior de la cama mientras Ecstasy se levantaba de inmediato, observando a su visitante aun en la cama con los ojos entrecerrados y su cuerpo tapado por unas telas además de su ropa comprada el día anterior. El miembro Akatsuki se dio media vuelta y se dirigió al baño quitándose dentro de este y con la puerta cerrada el pantalón, comenzando a ducharse. Duro unos 20 minutos aproximadamente para luego salir con una toalla cubriendo la parte inferior de su cuerpo, siendo observado de manera un tanto vergonzosa por la jovencita que ahora se dirigía al baño, haciendo algo realmente interesante. Mientras entraba se iba quitando la camisa, mostrándole al mayor su espalda desnuda, sus caderas y… bueno, entro hasta quedar dentro del baño y abrió la ducha, se escucho el sonido del agua caer mientras aquel hombre se colocaba su ropa una vez más, esta vez hasta el kimono de nubes rojizas.

La jovencita salió del baño con una única toalla que cubría la parte superior de su cuerpo y apenas la parte inferior, se podían ver sus delgadas y bien formadas piernas desnudas, húmedas por el agua de la ducha, sus hermosos muslos, sus hombros al desnudo y también sus brazos. Su cabello mojado y una sonrisa recubrían su rostro mientras se dirigía hacia su cama para quitar lentamente aquel pedazo de tela algodonada que recubría su cuerpo, mientras sonrojado aquel hombre salía rápidamente de la habitación en dirección al patio trasero, quedando parado frente al estanque, observando el claro cielo de esta hermosa mañana. La puerta tras él se abrió, era la chica preguntándole algo, como si él fuera su padre.

¿Qué haremos hoy chico sin nombre?

Un silencio se asomo por el lugar durante un par de minutos para luego aquel hombre dar media vuelta y caminar al interior del cuarto, dándole la espalda a la chica mientras respondía a su pregunta, abriendo lentamente la puerta con su mano posada en la manilla de esta.

Iré a buscar información…

Cerró la puerta y la misma se volvió a abrir pues aquella jovencita no tenía planes de quedarse sola en ese lugar tan aburrido. Comenzó a caminar un par de metros más atrás que él, siguiéndole sabiendo el que ella aun cuando se le dijera que se debía quedar o que no le persiguiera, haría caso omiso, era una adolescente después de todo. Siguieron caminando por un par de horas, aquel hombre siquiera se dignaba a preguntar a alguien pues dudaba muchísimo que los pueblerinos le dijeran algo sobre lo que buscaba el, después de todo era un pueblo de mercadeo negro. Aquel hombre de cabellos alargados escuchaba las conversaciones en la calle, muchos hombres de negocios ilegítimos hablaban algo sobre una familia adinerada que tomaba el poder en las calles y que curiosamente realizaban luchas de Kenjutsu y Taijutsu en la plaza central del pueblo cada sábado. Interesante las cosas que por aquí pasaban, era de suponer que esa familia era el grupo de Ronin’s y que se habían establecido en este pueblo mercante en búsqueda de nada más y nada menos que personas para unirse, seguro usaban esas peleas como cuartada para medir las habilidades de los pueblerinos que por aquí vivían, y de aquellos aventureros que aquí llegaban. El shinobi sonrió al escuchar esa información en medio de la caminata, mientras la joven chica hablaba poco intentando comenzar una conversación con el distraído y concentrado Ecstasy quien ignoraba por parte las palabras de la joven por el hecho de que no le gustaba mucho entablar una charla con señoritas.

Después de haber investigado, dio media vuelta ya habiendo explorado la ciudad, eran aproximadamente las 3:00 de la tarde y no había comido al igual que ella, que seguro debía estar más que hambrienta. Vio una tienda de comidas, un local donde podrían entrar y comer tranquilamente, por lo que tomo una vez más de su brazo, ella se sonrojo, el camino lentamente y entro en el local para pedir rápidamente 3 platos de Ramen, obviamente 1 para la señorita y 2 para él. Poco tiempo de espera, unos 10 minutos y la comida ya estaba lista, servida y en los platos hondos de los dos jóvenes en la ciudad desconocida del crimen y la villanía. Comieron lentamente y ella al terminar se quedo viendo el rostro de Ecstasy quien se sonrojaba pues le avergonzaba que le vieran comer, pero a su vez le daba aun más pena el que observaran su cicatriz tan notoria.

Oye, tengo una duda…- Susurro la jovencita sonriente, con sus mejillas aun sonrojadas, al parecer comenzaba a… sentir algo por el joven de cabellos largos y grises. Mientras, aquel hombre puso una cara un tanto seria pues pensaba que le preguntaría sobre la cicatriz que en su rostro yacía, aunque se equivoco.- ¿Cómo tus ojos pueden ser tan hermosos?...

Su pregunta le dejo impactado, nadie le había dicho eso jamás, nunca en su vida, apenas y sabia como responder por lo que continuo comiendo, acabando rápido pues le quedaba ya muy poco de su alimento.

Ehmm… pues, así naci… supongo que por mi madre y mi padre.

La chica rio levemente, soltando una muy corta carcajada de entre sus labios, mientras el sacaba dinero de sus bolsillos para pagar la cuenta de la comida. Se levantaron los dos y se retiraron del lugar, caminando otra vez de regreso hacia la casa. Estaban algo lejos, les tomaría un par de horas llegar pues la velocidad de ella obviamente no era superior a la de una persona normal común y corriente. En el viaje ella intento hablar con él, pero su mente y corazón permanecían cerrados ante cualquiera que siquiera se intentase acercar a su persona. Era parte de su personalidad, aunque cuando tomaba confianza solía ser más abierto y un tanto más dominante, pero esta vez no sería la ocasión. El cielo se tornaba un tanto oscuro, no por el anochecer pues apenas eran las 4:50 de la tarde, si no porque unas nubes grises tomaban poder de las alturas, señalando que iba a llover en aquel lugar. No le importaba a él mojarse, pero a ella no tanto. Aceleraron un poco más el paso, llegando a la plaza central del lugar, era una hermosa área donde se podían observar un par de arboles, una fuente con una estatua en el centro de una persona que siquiera conocía, además de unos comerciantes hablando en el lugar, un par de techos cercanos a unas casas con bajo estos unos asientos.

Rápidamente una luz se formo a lo lejos y tan rápido se fue como había aparecido, pocos segundos después el sonido del aire expandiéndose a causa del trueno que había surgido de los cielos, abriendo así paso a aquellas gotas de agua que comenzaron a caer rápidamente, sin piedad. El y ella tuvieron que detenerse, pues la joven no quería mojarse así que se quedaron bajo el techo que poseía un par de asientos, ahí, tranquilos los dos esperando a que pasara el aguacero. Sobre todo él deseaba que todo esto se detuviese para poder llegar a su tranquila cama y acostarse a descansar, no deseaba tener otro día ajetreado, pero… eso ya era tarde. Aquella chica tomo de la mano del Akatsuki, observo su rostro y sonrió de medio labio para luego retirar la mirada de él y ver como la lluvia caía en una hermosa danza, quedando así los dos bajo aquel lugar, dejando que tan solo una que otra gota que rebotaba en el suelo y salpicaba los charcos de agua mojase sus pies. A lo lejos, todos se habían retirado, ya no quedaba nadie por ahí, solamente los dos en la tan apreciada soledad con un leve sentir de frio y tranquilidad.
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MensajeTema: Re: La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu]   La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu] Icon_minitimeVie Ago 05, 2011 4:58 am

P A R T E 3
S A M U R A I ' S
La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu] Samur
[7 paginas - 180 lineas aprox]

La lluvia se detuvo, pero ya era verdaderamente tarde. 8:00 de la noche, habían estado ahí un muy largo rato distraídos, apenas y hablando, dirigiéndose el uno al otro un par de palabras, bastantes miradas y uno que otro sonrojo bajo la ya extinta lluvia fría. La noche se alzaba una vez más en este pueblo tan calmado que pronto pasaría a ser teóricamente un campo de guerra, pues un grupo de hombres vestidos de la misma forma, como si fuera un uniforme, comenzaban a llegar de todos lados mientras se reunían en la plaza. Uno de ellos, el más alto y curiosamente musculoso se detuvo en el centro, dirigió unas palabras a todos los que estaban cerca de ahí. Un grupo de hombres reunidos que curiosamente a parte de llevar los mismos atuendos, poseían espadas y no precisamente de madera, armas hechas de metal por lo que se podía ver. Esto le impresiono, al parecer, estos eran los samurái, los Ronin de los que se habían hablado un tiempo atrás, es lo que él buscaba, una interesante pelea con un sujeto que manejase el arte del kenjutsu de manera profesional. Se levanto y ladeo su rostro delicado para observar a la chica quien aun yacía sentada ahí, sonriéndole de manera amable a Ecstasy, este correspondiendo con algo que él no había tenido desde hace milenios, algo llamado dulzura. Sus ojos se cruzaron y este hizo un gesto a ella como si pidiendo permiso para luchar se tratase, esta capto el mensaje de inmediato, asintiendo con el rostro, colocando sus delicadas y delgadas manos de mujer sobre sus propias piernas para esperarle sentada ahí, esperando lo mejor para él y que saliera de aquella pelea sin problema alguno, como siempre…

Aquel hombre Akatsuki se acerco al círculo, eran aproximadamente unos 30 o 40 hombres que ahí ahora estaban, bastantes a decir verdad. Todos reunidos para con un único fin, el pelear los unos contra los otros, esto al parecer ya se había convertido en una tradición de Ronin’s algo que hacían todas las semanas el mismo día y curiosamente hoy tocaba hacerlo. El sujeto con capa Akatsuki ya entre el grupo logro observar que estos se abrían y daban paso a un par de personas que se colocaron en el medio, estos dos sujetos comenzaron a pelear rápidamente, se movían con audacia y velocidad, atacaban de manera fuerte con embates poderosos y utilizando las dos manos, de vez en cuando usando una tan solo para mayor flexibilidad y el bloquear alguno que otro golpe con la otra mano disponible. Ninguna patada se presentaba en la pelea y eso era debido a que se encontraban en un autentico duelo de kenjutsu en combinación con muy poco taijutsu. Todos gritaban fuertemente, las luces de los alrededores se encontraban encendidas para permitir a los duelistas una mejor visión de su contrincante, rápidamente chocaban aquellas dos espadas hasta que uno de ellos cometió un error, el contrario aprovecho y con una estocada al colocar la espada horizontal, embistiendo con fuerza clavo su arma punzo-cortante en el estomago del enemigo, causando una herida de muerte. Eso le dejo bastante impresionado, la espada ahora manchada de sangre salía poco a poco del cuerpo de aquel sujeto, dejando una herida profunda de par a par en su cuerpo mientras caía al suelo y llenaba el mismo de aquel liquido carmesí. Era realmente interesante, pues las batallas que aquí se estaban comenzando a llevar eran a muerte.

Ninguno de los que ahí estaban se salvarían de su herida, esto era algo claro. Retiraron al hombre con un nuevo “ombligo” en su estomago hecho por la espada de aquel samurái del campo para dar paso al siguiente par de combatientes que al igual que los anteriores comenzaron a luchar. Algo que había que destacar, es que Ecstasy no poseía ninguna espada, no sabía ni siquiera como iba a combatir mano a mano sin un arma de estas, aunque eso era lo que menos le preocupaba, sus golpes tenían de vez en cuando unas cualidades un tanto… particulares.

Pasaron 4 horas de intensas batallas, la mitad de los que habían llegado ahora estaban eliminados en la primera ronda, ahora tan solo 20 personas hacían el circulo mientras los demás se encontraban heridos y uno que otro fallecido, una escena bastante atroz. La joven miraba aterrada lo que ocurría, a distancia preocupada por lo que le podía ocurrir a su salvador, a aquel hombre que le había rescatado anteriormente. Ahora en esta segunda ronda de combate, las peleas serian al azar, no escogidas previamente. Uno de ellos tuvo el enorme valor de entrar a la arena de combate, al medio, mientras entre aquel grupo de personas unos eran empujados, hasta que entre ellos uno quedo dentro del circulo, para así combatir con aquel que había pasado voluntariamente. La pelea comenzó, el fuerte sonido de las espadas retumbaba en los oídos del Akatsuki mientras sus ojos captaban cada fugaz movimiento de los brazos y espadas en combate, observando las técnicas de batalla, aprendiendo poco a poco los movimientos que debería hacer si desgraciadamente le tocaba. Lo curioso, es que se acerco tanto al círculo de combate, que después de terminada la batalla le empujaron a él bruscamente, quedando este junto a otro sujeto imponente de unos… 2 metros de alto que parecía pesar hasta 90 kilos en puro musculo. El shinobi en medio de aquel grupo de hombres sudorosos y con sus espadas repletas de sangre humana grito fuertemente ante todos.

¡¿Me harán pelear sin un arma?!

Uno de los del circulo se acerco a un difunto samurái y tomo su arma, la arrojo al nuevo y este le tomo con la mano por el borde del mango para no cortarse, se poso en un estilo de combate, La Forma III: Soresu, un método de lucha con espada paciente y en su mayoría defensivo, esperaba ataques del contrincante para bloquear y contraatacar rápidamente. La mano que tomaba la espada iba por sobre la cabeza inclinando el arma de manera horizontal de forma que la misma apuntara hacia el enemigo, en dirección al pecho, la mano libre al nivel del corazón apuntando con los dos dedos índice y medio al contrincante. La postura de sus piernas era levemente separada con la misma pierna izquierda hacia adelante, pues con la mano de este mismo lado era con la que tomaba el arma de filo. Su contrincante por otra parte, tomo una posición de embate con las dos manos al colocar la espada en forma vertical inclinada ligeramente hacia adelante, la pierna contraria al lado del brazo que agarraba su espada levemente hacia adelante e inclinando un poco su cuerpo, pero manteniéndolo recto. El primero en dar un movimiento fue aquel ronin que se acerco corriendo y levanto su par de brazos para dar un fuerte golpe ayudado por el poder de la gravedad al subir y bajar sus dos brazos al mismo tiempo, pero fue inútil. La posición de la espada de Ecstasy le permitía hacer un ataque de mayor alcance, pues sus brazos estaban extendidos de manera horizontal, apuntando hacia el enemigo que ahora poseía la espada del Akatsuki clavada al nivel del pecho, atravesando un pulmón. Este intento bajar sus brazos para por lo menos hacerle daño, algo de honor, intentar herir a su enemigo después de haber recibido tal ataque, era típico de un guerrero tigre. Pelear hasta la muerte y aun después de incluso haber perdido una extremidad o dos. Lo único que el shinobi hizo fue mover su cuerpo soltando la espada que aun yacía clavada en el cuerpo del samurái, dio media vuelta esquivando el mover de los brazos debilitados del enemigo que ahora escupía sangre por la boca, para colocarse a sus espaldas y empujarle, dejando que cayera al suelo y aquella arma se clavara aun mas atravesando completamente su cuerpo ahora muerto. La boca del joven de cabellos largos se abrió para mencionar unas palabras en un extraño idioma.

Per signum Sanctae Crucis de inimicis nostris libera nos, Domine Deus noster. In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amén.

Después de mencionar esas palabras se camino hacia el borde del círculo para retirarse, mientras todos callaban por aquel rápido movimiento, al parecer el chico nuevo les había sorprendido. La espada que le habían dado la había dejado ahí mientras ahora una vez más permanecía sin arma alguna. El líder de los Ronin que sobre todos se encontraba en un área un poco más alta preparada con un par de cajas grito fuertemente hacia aquel que se intentaba salir del círculo de pelea.

Has matado a uno de los nuestros sin pertenecer a nuestra organización, no sé quien seáis vos, no se siquiera como te atreves a llamar, pero en algo estoy seguro, no saldrás vivo de esta ciudad, hoy respira que tienes un día mas de vida, pues no te haremos nada, es nuestro día sagrado y solo luchamos entre nosotros, sin embargo, mañana se acaba eso.

La boca del hombre con la capa de nubes rojas siquiera se abrió, no respondió ante las provocaciones de su nuevo contrincante y de aquellos 14 guerreros habilidosos que ahora se encontraban tras de él, pues les había dado la espalda al salir del circulo para dirigirse hacia la señorita que se encontraba aun sentada, impresionada y un tanto asustada. Se acerco a ella y acaricio su mejilla con delicadeza, sintiendo la suavidad de su piel mientras se inclinaba levemente y susurraba al oído de ella, con un tono calmado y algo dulce.

Tranquila, no pasara nada…

Le tomo de la mano y salió del lugar dirigiéndose hacia su casa, caminando un tanto apurado mientras no le soltaba pues no deseaba que a ella le ocurriera algo, vigilando siempre a sus alrededores por si a algún tonto se le ocurría seguirles. Al llegar a casa abrieron la puerta, era realmente tarde, la 1:20 de la mañana, se acostaron curiosamente los dos en la misma cama el dándole la espalda a ella, mirando a la pared mientras la joven Taiga observaba a su compañero de cuarto, está haciendo lo contrario, en dirección a la espalda ajena y paseando lentamente su brazo por las caderas de aquel hombre que ignoraba lo que ella hacía, aun cuando sabia que lo que ella comenzaba a hacer no era aceptable, sobre todo para un miembro de… Akatsuki. La luz apagada, una leve brisa entro en la habitación enfriando los cuerpos de ellos, quienes ahora se encontraban abrazados, durmiendo con sus ojos cerrados e intentando descansar.

Ya después de un par de horas durmiendo, un extraño sonido comenzaba a aparecer por todo el lugar, algo extraño, el sonido de madera quemándose, la temperatura subió bruscamente y la habitación poco a poco se iluminaba, lo que hizo despertar de inmediato al bien entrenado shinobi que observo los alrededores con impacto, despertando así a su compañera. Los dos parados observando como todo estaba envuelto en llamas, el techo prendido en fuego y la puerta de entrada igual, inclusive la que dirigía hacia el patio el cual se encontraba por completo en llamas, no había forma de salir a no ser que…

Ecstasy tomo en brazos al a jovencita, cual matrimonio se tratase, cargándole se acerco a una de las paredes laterales que daba con la casa de al lado, dio una patada mientras grito fuertemente – ¡tapate los ojos! – cosa que hizo ella de inmediato. El pie del hombre penetro con fuerza la pared, su musculatura y fuerza física eran de apreciar, este atravesó rápidamente y noto que esta casa comenzaba a quemarse aunque no estaba en tan mal estado como la de ellos, por lo que corrió cruzando la sala, salto por sobre la mesa y entro a la habitación de los vecinos, habitación que cuya pared daba hacia la siguiente casa, hizo lo mismo y rompió la pared derribándole de un solo golpe para notar que ahora estaban a salvo. Poco a poco camino hacia la salida para retirarse de la casa ajena a él, con la muchacha cargada en brazos. Rápidamente comenzó a correr a una velocidad bastante elevada, mucho mayor a la de cualquier persona común, sintiendo como fricción del aire rozaba su rostro y movía sus largos cabellos al igual que los de ella.

Oye… ¿hacia dónde vamos?

Pregunto intrigada mientras seguía corriendo, se dirigían hacia las afueras de la ciudad mercante, pues ahora ellos al parecer eran los enemigos de los teóricamente señores feudales de esta tierra.

Nos vamos de aquí, aunque no por mucho… no podemos estar aquí mucho tiempo mas pues como veras, los que quemaron la casa son los mismos que los de ayer por la noche, permanecer aquí es más que peligroso y es preferible descansar antes de que yo regrese a por estos tontos…

Pero ¿para qué regresar? Vámonos de aquí de una vez…

No puedo… vine aquí para derrotarlos a ellos, y obviamente no estoy en condiciones, pues te estoy cuidando a ti a cada segundo que pase.

La joven se sonrojo y la conversación había acabado, ya se encontraban fuera de las paredes, los muros que encerraban aquel poblado mercante. Se detuvo entre los bosques que se encontraban cerca de ahí y con una serie de sellos sorprendió a su joven admiradora pues una casa de dos pisos más hermosa que la anterior se formo de los suelos en un par de minutos, levantándose por sobre los arboles, una enorme construcción hecha de cristal que tomo color, incluso el interior estaba separado por cuartos, una escalera para la parte superior y uno que otro mueble… lamentablemente duro pues no estaba hecho de un material blando, era cristal. Eso lo arreglaría el pronto, no tenía intenciones de que su invitada se paseara incomoda por el lugar.

Quédate aquí… no tardare más de 10 minutos.

Salió de la habitación y se metió entre los arboles mientras su cuerpo desaparecía en un instante, era succionado por nada más y nada menos que su técnica de espacio-temporal, que había usado en un momento en el que nadie le viera para así no causar más sospechas de lo que él podía ser o hacer. Reapareció en medio el pueblo y entro rápidamente a una casa, era tarde pero donde había ingresado no había nadie, estaba vacía, al parecer los dueños habían salido del lugar a comprar, nada raro en este lugar de puros mercaderes. Tomo un par de muebles y utensilios, los acerco a él y uso nuevamente su técnica, para aparecer en segundos en medio del bosque, a unos 4 o 5 metros de la casa. Grito fuertemente avisando que había llegado.

¡Hey, estoy aquí!

¿Tan rápido?...

Pregunto ella, quien abría la puerta alegre por la corta ausencia del joven hombre. Este tomo los muebles y los metió dentro de la casa, al igual los utensilios. Lo único que le faltaría ahí era un lugar para bañarse, pero eso lo resolvería luego de una u otra forma. Ya dentro de la casa, este instalo todo en su lugar y se hecho en la única cama que ahora había, pues era obvio que ella no se iría a acostar sola, parecía que había adquirido el tonto hobbie de dormir acompañada a… a él. Este se coloco boca abajo y abrazo una almohada que había traído, mientras suspiraba levemente, apenas eran las 5:00 de la tarde pero lo poco que habían podido dormir había sido a causa de aquellos idiotas que intentaron asesinarles.

Oye… chico sin nombre, ¿Qué haremos ahora?

Me llamo… Ecstasy, supongo que no haremos nada por ahora, deberías descansar, disfruta del paisaje, no muchos tienen una casa de dos pisos en medio del bosque, y ahora que nos creen muertos es perfecto para que yo acomode las cosas la siguiente vez que ese grupo de supuestos samurái se reúna.

Ohh… ya veo Ecstasy, lindo nombre, lo tienes todo planeado ¿eh?

Si… algo así…

Bueno, pero no tengo por qué disfrutar, ni que tuviéramos piscina para relajarme, o algún spa.

Eso… se puede arreglar.

Dijo levantando su alto cuerpo de la cama para comenzar a caminar en dirección a las afueras de ahí, observando un pequeño lugar donde los arboles dejaban un espacio de unos 10 metros entre sí, para realizar una corta serie de sellos que abrieron un pequeño cráter en el suelo de roca dura con una pequeña abertura, aquel joven aplico chakra de elemento suiton y salió un chorro moderado de agua que lleno la roca solida e impermeable, el agua era cristalina por completo, luego de eso aplico levemente chakra katon a muy baja cantidad y calentó el agua, así notando como salía un poco de vapor aunque sin subir mucho la temperatura para que no se quemara la señorita. La joven sin esperar dos veces, quito por completo su ropa dejándola en el suelo, quedando su hermosa figura totalmente desnuda en medio de aquel lugar, sus caderas bien formadas, sus piernas alargadas, sus pechos bien formados y sus nalgas… que bueno, al fin y al cabo se metió desnuda en la “piscina” que había creado, sus cabellos se mojaron aquel hombre se sonrojo extremadamente dándose media vuelta para evitar ver a la jovencita que curiosamente respondió ante su acto…

Oye… ni que no me hubieras visto antes, después de todo… tú me vestiste ¿no?

S-si…

Entra al agua, ven… hace frio ahí y esta calentito aquí.

Sonrió amablemente aquella chiquilla, mientras el apenas quitaba su kimono y se metía con el pantalón para no desnudarse por completo. Al entrar al agua, sus pupilas se dilataron, el vapor al parecer había causado un extraño efecto en el, unas voces comenzaban a surgir en su cabeza, una voz que se centraba, algo fuerte y profunda como si de una criatura se tratase. Un sonido que penetraba profundamente en su oído y le hacía salir de su mundo normal para adentrarse a las cárceles de… las cárceles del bijuu que en su interior yacía sellado. Aquella voz menciono con fuerza en su cabeza.

Ahora cumpliendo los caprichos de una niña… debería matarte pedazo de inútil.
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MensajeTema: Re: La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu]   La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu] Icon_minitimeSáb Ago 06, 2011 12:04 am

P A R T E 4
l ' a m o u r
La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu] Aaaaaaaaaacopia
[7 paginas - 180 lineas aprox]


5:32 de la tarde, un silencio desolador recorrió el pequeño spa que había hecho aquel hombre tras la casa de cristal. La joven Taiga intentaba hablarle constantemente pero este le ignoraba, o al menos eso era lo que parecía. Ella hablaba y callaba una y otra vez sin tener resultado alguno, ninguna respuesta por parte del chico de cabellos alargados. Sus miradas se cruzaban constantemente, pero parecía que él no se encontraba verdaderamente ahí. Algo le había ocurrido, era como estar bajo una hipnosis de un par de segundos, pues no duro mucho. En esos 15 o 16 segundos en los que permaneció sin habla o movilidad alguna, algo haba pasado en su interior, en su cabeza o su alma, no se sabía exactamente donde. El bijuu se apoderaba poco a poco de su consciencia, era la segunda vez que le hablaba y realmente no tenía idea de cómo eso había ocurrido. El lugar en el que se encontraba en su subconsciente era extremadamente raro. Paredes negras y ningún foco de luz pero una iluminación azulada recorría toda la enormemente gigantesca habitación de metros de alto, ancho y largo. Unas rejas doradas en frente de aquel hombre y unos ojos azulados que estaban tras las rejas, sin siquiera una silueta, solo unos ojos profundos y gigantescos en la oscuridad. ¿Qué era tal cosa?...

Un rugido se escucho desde el interior de donde estaban los ojos, un par de pasos y un animal gigantesco que choco contra la reja intentando salir de ella, pero sin lograrlo. Era el bijuu de 5 colas, gobi quien permanecía tras tal prisión verdaderamente molesta para él. Sus labios gigantescos se abrieron dando a mostrar unos dientes un tanto aplanados, como los de un caballo, al parecer no era un animal carnívoro por lo que suponía no debía ser tan agresivo, aunque no lo demostraba cuando hablaba. Las palabras que menciono llegaron fácilmente a los oídos del Akatsuki que yacía a unos 10 metros frente al enrejado, del lado contrario al del monstruo.

Oye niño…. ¿Por qué te interesa tanto el haberme atrapado?

Jaja… por lo visto haces preguntas tontas. – Respondió pasando su mano por su cabellera, para luego entrecruzar de brazos y continuar hablando con su bijuu – Poder, con poder puedo hacer mucho, desde obtener tranquilidad, hasta respeto, incluso defender lo que quiero, no es muy difícil de comprender.

Hmm… muy noble de tu parte, debo admitir que pensé que querías dominar el mundo, como todo idiota hoy en día. Pero aun así, no me convences, demuestra lo que vales pequeño insecto insignificante, te advierto que no deberías hacerme enojar así que compórtate.

La criatura parecía ser bastante razonable, hablaba de una manera ahora un poco más cordial después de que Ecstasy comenzó a tratarle de igual forma, algo más calmado y sin llamar mucho la atención de su al parecer nuevo compañero de por vida. Había una enorme duda que recorría la cabeza del hombre, y era ¿Cómo podía hablar de esta forma? Había entrado en este estado sin darse cuenta, y debía aprender a hacerlo tarde o temprano, pues la sabiduría que estas criaturas brindan es realmente interesante. Las miradas de los dos seres en el subconsciente se juntaban la una a la otra, los dos intentando penetrar el alma de su presente “invitado” para saber lo que pensaba cada uno del otro, era básicamente un duelo de intelecto, astucia y confianza.

¿Por qué no me crees digno? Ya te demostré una vez de lo que soy capaz de hacer, te atrape yo solo sin ayuda de nadie, un simple jutsu de sellado y tu chakra ahora yace dentro de mi cuerpo ¿Qué eso no te parece suficiente prueba de que soy bastante fuerte?

No, sabes muy bien que me tomaste desprevenido, no hiciste gran cosa… solo me sellaste, no has batallado contra mí para demostrar quién eres, y ni siquiera fuiste capaz de derrotar a quienes quemaron tu casa, eso me parece patético…

Oye, no iba a hacer nada con Taiga ahí…

Esa niña inútil, deberías dejarla o hasta matarla, no te ha hecho más nada que estorbar. Es una incompetente, apenas y sabe caminar por sí sola.

No hables de ella así, no te metas con ella…

Jaja-jajaja-jajajajajaja… - una larga risa sonó terminando en un eco mientras Ecstasy volvía en sí, al parecer la charla ya había terminado. No sabía que había ocurrido exactamente, pero por lo menos ya sabía que entre él y su criatura diabólica podía haber una cierta comunicación.

Una sonrisa de medio labio paseo por el rostro del joven muchacho, dedicándole tal acción a la chica curiosamente desnuda que yacía frente a él. Su cuerpo levemente oculto bajo el agua un tanto cristalina y burbujeante por efecto del leve calor que hacia salir con su técnica. Los ojos del hombre poco a poco bajaron por el rostro de ella, dirigiéndose hacia los pechos de aquella señorita, sonrojándose al notar darse cuenta que ella realmente estaba desnuda, y él en la misma piscina caliente que ella. Taiga se acerco al ver el rojizo color de las mejillas ajenas, poso su mano en la frente de aquel, la pierna de ella, su rodilla entre las piernas del hombre, inclinándose y saliendo levemente del agua para acercarse a al impresionado Ecstasy, susurrando apenas un par de palabras.

Oye… ¿estás bien? Te hable y parecías no estar en ti mismo… y ahora estas… algo rojo.

No respondió, sintiendo la cercanía, apenas milímetros separaban su cuerpo con el de ella, los pechos de la joven ahora fuera del agua, se podían ver colgar majestuosamente victimas del efecto de la gravedad. Su cuerpo sudaba al igual que el de ella por el calor del agua y el leve vapor que surgía. La jovencita acerco su mano a la mejilla de él y algo incomoda para poder inclinarse un poco más y ver si el hombre se encontraba bien, coloco su mano libre sobre uno de los bordes de la piscina.

Los dos cerraron sus ojos… ¿Qué había pasado?... se había resbalado, su mano resbalo cual jabón humedecido dejando que su delicado y hermoso cuerpo juvenil chocara con el de él, los pechos de ella rozaron el cuerpo ajeno del hombre que ahora cerraba sus ojos, pero no por eso, si no porque… los labios de ella habían chocado con los suyo, y los dos aun perecían así, en un curiosamente tierno beso de pocos segundos que hizo que el corazón de los dos se acelerara velozmente. Las mejillas de ambos se pusieron rojizas por lo que había ocurrido, pero ninguno de los dos se inmutaba a separar sus rostros para detener aquel ahora largo y profundo beso. No podía ser, esto debía ser un sueño, seguro era una ilusión por efecto del calor o la deshidratación, todas esas cosas eran las que pasaban por la mente de Ecstasy, quien para no arruinar el momento poso levemente su mano en la mejilla colorada de ella, acariciándole con lentitud y colocando su otra mano en las caderas de la jovencita. Los brazos de ella rodearon el cuello ajeno de aquel chico, para tomarle. El sentía los senos de la joven chocar contra su pecho, apenas parecía importarle…

Un minuto aproximadamente duraron así, se separaron poco a poco con los ojos cerrados, abriéndolos lentamente para verse el uno al otro. El sin expresión más que la de vergüenza, pero ella con una sonrisa picara de medio labio que paseaba por su rostro. Los cabellos de la joven se separaban del pecho del chico mientras se alejaba, quedando a medio metro el uno al otro, el con el corazón latiendo verdaderamente rápido abrió sus labios para susurrarle muy apenado por lo que había ocurrido.

¿Q-que fue eso?... mi corazón… late…

Eso… se llama amor…

Susurro sonriente aquella joven, quien se acercaba una vez más, robándole un dulce y profundo beso a su compañero, abriéndose paso entre sus labios para levemente juguetear con la lengua ajena, separándose una vez mas aunque por apenas un par de milímetros, para así morder el labio de aquel joven hombre que ahora se encontraba impactado sin poder decir palabra alguna, tan solo actuando por inercia y dejándose llevar por las acciones de tan joven señorita. El poso sus brazos en las caderas de ella, rodeándole, abrazándole con delicadeza y sintiendo la calidez de su hermosa y suave piel. Pocos minutos después de aquel romance, se separaron una vez más pero esa vez porque el Akatsuki había pedido que se detuviera…

Por-por favor… no debemos.

Está bien…

El silencio una vez más se apodero, aunque no por mucho pues aquel hombre decidió salirse de donde se encontraba, adentrándose en la casa y quitándose el pantalón para colocarse otro que por ahí había guardado, además de usar nuevamente su bata Akatsuki. La jovencita quedo sola en la piscina, preguntándose lo que había ocurrido, al parecer Ecstasy era más cerrado de lo que ella pensaba, pero eso le era indiferente a ella. La noche se hizo rápida, la oscuridad rodeo la casa, el bosque, la ciudad y los vastos cielos a muchos metros de altura. Uno que otro sonido de algún búho que por ahí se encontraba llegaba a la casa, pero nada que fuese fuera de lo común. Una vez más se acostaron en la cama, el en dirección a la pared para no verle, aun avergonzado por lo que había ocurrido en la tarde aunque ella todo lo contrario, parecía estar un tanto divertida con lo que estaba pasando. Rodeo las caderas del mayor abrazándole mientras este entrecerraba sus ojos para acoger a Morfeo, dios de los sueños. Taiga acerco sus delicados y rojizos labios al cuello de aquel hombre, besándole este con ternura para luego cerrar sus ojos y hacer igual que él, quedarse dormida muy lentamente sintiendo la fría brisa del bosque pasar entre la habitación.

La noche paso lentamente, leves sueños sobre el bijuu tenia aquel sujeto, pero ignoraba todo hecho de este pues no le preocupaba para nada, estaba plenamente confiado de que podría retenerlo sin problemas. A la mañana siguiente, se despertó primero que ella como siempre, se levanto de la cama y salió de cacería para hacer el desayuno a las 5:00 de la mañana. Regreso y observo que la jovencita aun dormía, entro a la cocina y comenzó a preparar básicamente chuleta, si, al parecer sabía cocinar y pues eso se debía a uno de sus extraños gustos que no era bueno mencionar en estos momentos.

El olor a comida despertó a la hermosa joven hambrienta quien se levanto con su vestido que caia levemente pues la agarradera de su hombro izquierdo se había caído mostrando su hermosa y tostada piel. Aquellos cabellos largos y rubios caían hasta su cintura, algo alborotados por estar recién levantada, pero tan naturales como su hermosa sonrisa que mostro al ver al joven Ecstasy traerle la comida a la cama, para que esta en pocos segundos comenzara a devorar, comiendo por la gran hambre que tenia.

Q-que hmm… esta rico, oye Ecstasy ¿Qué haremos hoy?

Pregunto mientras comía, para que aquel joven le respondiera amablemente, dirigiéndose a la puerta de la casa y ladeando el rostro para verle a ella con una sonrisa en el rostro, apenas entrecerrando sus ojos.

Pues, quiero que te quedes aquí, yo voy a ir a buscar información… tengo que conseguir la casa de la familia de Ronin’s, aquellos samurái que quemaron la casa donde estábamos hospedados, y no quiero que vayas… yo regresare pronto, únicamente será averiguar un par de cosas ¿bien?

Asintió la joven terminando de comer para que el shinobi saliera de la casa a una velocidad despampanante, llegando rápidamente a la entrada de la ciudad y entrando con calma, caminando esta vez para no generar sospechas. Todo el pueblo estaba técnicamente vigilado y dominado bajo las garras y ojos de aquellos samurái que habían destrozado la casa que había pagado, solo por intentarle matar a él y a la joven Taiga. Al entrar a la ciudad, tenia puesta la capucha para que no le reconocieran tan fácilmente, por lo que ocultaría parte de su rostro y su larga cabellera tras aquella tela negra con nubes rojas. Camino poco a poco y comenzó a preguntar a la gente que por ahí se encontraba, unos le ignoraban, otros le mentían al decir que no sabían nada, parecía nadie querer dar información de lo que ocurría, por lo que tendría que ocurrir a métodos un tanto más rudimentarios para extraer la información de la cabecita de aquellos tan reservados pueblerinos. Entro a una casa de un leñador que por ahí mismo trabajaba, observo que este se exalto al ver que un extraño pasaba tan bruscamente a su hogar, se levanto y tomo un hacha con la que cortaba leña, pregunto el motivo de tal visita, pero aquel extraño de capucha no respondió. El leñador corrió para atacar y espantar a su intruso amigo el cual con un veloz movimiento, estampo un golpe bien proporcionado al estomago del agresor con el arma de un lado, pues su velocidad era mayor, dio un giro para tomar el mango de esta y la arrebato arrojándole lejos, le tapo la boca por la espalda y comenzó a halar arrastrándole las piernas hasta llevarlo a una esquina en la que le arrojo con fuerza, dejando que su cabeza golpeara contra la pared.

Grita y te mato, muévete y te mato, si no respondes mis preguntas, no te matare, te hare sufrir hasta que supliques piedad…

Tomo del cuello del leñador asustado y le levanto poco a poco hasta dejar que su cuerpo se alzara por los aires, sus pies no llegaban a tocar el suelo y eso que lo hacía con tan solo una mano, demostrando la gran fuerza física que poseía aquel sujeto de capucha extraña.

¿Dónde viven los Ronin’s? Quiero saber la ubicación exacta de los samuráis…

E-ee-eeh ghh…

No podía hablar, apenas y balbuceaba a causa del agarre en el cuello el cual poco a poco aflojo para dejar que el cuerpo del robusto sujeto quedara postrado en el suelo una vez más, mientras esperaba a que este cantara cual gallo por la mañana las respuestas a todas y cada una de sus preguntas.

Ellos viven e-en… en el final de la ciudad, una colina, una mansión con una única entrada frontal, un parque en el medio, es gigante, guardias, seguridad… y-ya déjame, ve-vete por favor…

Susurro apenas el sujeto para no causar más alboroto del que ya estaba armado. Ecstasy dio media vuelta y ladeo el rostro, curiosamente se disculpo, cosa que dejo al hombre bastante intrigado. Dejo caer una bolsa con dinero por lo que le había hecho y se retiro del lugar caminando, para luego desaparecer entre la multitud del pueblo mercante y dirigirse rápidamente hacia la entrada del pueblo, logrando salir sin más que un molesto sabor de agresividad en la boca. Camino lentamente hasta la casa donde debía estar esperando la joven mujer, en una hora camino, pues iba realmente lento, con sus manos en los bolsillos del kimono y esquivando las ramas, raíces e insectos que por ahí pasaban. Vigilante siempre de que ningún idiota se le ocurriera seguirle, pues eso le pondría de un muy mal humor haciéndole incluso sacar de sus cabales, pudiendo matar al infortunado que se atreviera a hacer tal cosa. Después de aquel tedioso y corto viaje desde el pueblo hasta su casa de cristal, entro a la misma abriendo la puerta con delicadeza, observando que la joven Taiga no se encontraba en ninguna de las habitaciones. Rápidamente reviso cada rincón hasta que escucho unos sonidos en la parte trasera, abrió la puerta necesaria para salir por ahí y observo una vez más… a la joven señorita desnuda, su cuerpo escultural parado frente al agua tibia del spa que había hecho el día anterior, adentrándose lentamente, viendo su figura bien formada pasearse de manera sensual, llamándole poco a poco. Estese dio media vuelta y menciono algo avergonzado.

¿Po-por que siempre tienes que ir desnuda por ahí?

Oye… eres tu el que siempre llega en momentos inoportunos, además… ni que fuera tan malo, ya te dije… ¿no?

O-olvídalo…

Susurro el dándose media vuelta para alejarse, era ya un poco tarde, las 3:40 aproximadamente, así que decidió ir hacia la habitación y acostarse en ella, cerrando sus ojos para intentar quedar dormido aun cuando no poseía el mas mínimo haz de sueño. Al cerrar aquellos parpados vio una imagen de ella que fue rápidamente opacada, pues surgió una visualización de una criatura, un monstruo de cinco colas, era nada más y nada menos que el bijuu gobi. Unos extraños ruidos comenzaban a surgir de sus labios, eran sonidos en los que musitaba, hablaba con su yo interior, o mejor dicho… con aquella bestia que había sellado un par de meses atrás dentro de su cuerpo. Charlaban una vez más, pero esta vez nada de lo que decía el uno hacia el otro era real, pues era nada más que un simple sueño en el que estaba siendo inducido por las dudas y confusiones que había adquirido en su última conversación con el animal. Unas cuantas horas duro así en aquel extraño sueño que tenia, apenas y se daba cuenta que estaba dormido, poco a poco comenzando a hablar más duro, sin siquiera despertarse, todo parecía indicar que terminaría en una pesadilla, y aun cuando llegase a eso, el no era de temer, por lo que le sería realmente irrelevante el hecho de que tal cosa llegara a ocurrir. Mientras, la joven Taiga aun permanecía en los baños “termales”, descansando, parecía ser una adicción a aquello pues no salía de ahí, se la pasaba 24 horas al día desde que había sido construido, aunque era de comprender, no tenían un baño debido a que la casa de cristal aun no se le había instalado lo necesario para que esa parte higiénica pudiera llegar a funcionar de manera correcta…



Extra
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2 días después.

¡Kiiin-Kiin-shhh-kin! - Constantes sonidos de espadas chocando, uno a uno Ecstasy y el líder Ronin luchaban con audacia velocidad e inteligencia, cada uno bloqueando y contraatacando ferozmente, intentando herir a su enemigo. Curiosamente, la velocidad de los dos era de igual a igual, pues aquel samurái no era un hombre cualquiera. Los ojos de los dos sujetos se cruzaban el uno al otro mientras daban todo su ser para intentar ganar esta batalla, hasta que aquel Akatsuki se canso. Un manto de chakra comenzó a rodear rápidamente todo su cuerpo, era la armadura de rayo de su clan, que le confería reflejos y una velocidad muchísimo mayor que la que ya poseía. Un rápido movimiento de piernas y brazos le permitió arrebatarle el arma punzo-cortante al ronin contra el que peleaba, para dar una media vuelta y clavar su espada en el estomago de aquel sujeto desconocido que cayó al suelo de inmediato, agonizando por el profundo dolor que el ninja de cabellos alargados y capa negra con nubes le había causado. Rápidamente Ecstasy arrojo su arma, pues se encontraban ellos dos únicamente en la habitación de la mansión de los Samurai. Este se poso frente al agonizante hombre y le dio la mano, en señal de que había dado una excelente pelea.

Eres bueno…

Susurro sin darse cuenta de que había cometido uno de los más grandes errores de su vida. Al darle la mano, el desconocido sonrió de medio labio y apretó fuertemente sin soltarle. Este pensó que simplemente tomaba con fuerza por el hecho de que estaba sufriendo, pero no era así y logro descubrirlo gracias a las palabras que este le dedico con algo de ira.

Puedo ver los demonios que hay dentro de ti… y este… ¡este no es mi fin!

Al terminar aquellas palabras, un chakra poderoso paso de mano a mano, entrando al cuerpo de Ecstasy y haciendo algo realmente impresionante, suprimiendo su consciencia para dejarlo en su subconsciente diabólico, pero… el objetivo de eso, era que el chakra había liberado parte del sello que hacía que su criatura de 5 colas permaneciera encerrada dentro de él, causando así que la bestia solo tuviera que pelear contra el Akatsuki para tomar control del cuerpo, y por fin salir de este, escapándose.

¡Ghajajajajaja! Mírate… has sido engañado por este inútil, mira lo que has hecho, observa a tu alrededor y veras los muertos que has causado tu mismo, solo por tu ridículo capricho de probar de que era capaz este hombre, y lo has logrado, ya sabes que puede hacer…

Al terminar esa última palabra, la criatura corrió rápidamente intentando embestir la reja, al hacerlo le rompió y salió de ahí para quedar en la “habitación” del subconsciente de Ecstasy. Ahí, el joven shinobi respondió ante las palabras del monstruo que intentaba escapar.

No tienes ni idea de lo que acabas de decir, estas a punto de ser destrozado, te matare… te voy… te voy a matar.

Aquellas palabras hicieron dejar una carcajada a la bestia que ahora comenzaba a formar una muy pequeña esfera de chakra entre sus cinco colas, que poco a poco crecia y crecia. El shinobi espero a que terminara de formar aquella bola y noto como esta era arrojada a una velocidad bastante grande, sin embargo, este ya había usado su técnica especial desde el momento en el que había comenzado a generar tal cantidad de chakra. Aquel ataque paso traspasando al monstruo, impresionando una vez más al Bijuu que quedaba callado ante las acciones del Akatsuki. Los dedos del shinobi rápidamente se juntaron en un par de sellos que hicieron que dentro de la habitación de cielo negro y desconocido, comenzara a surgir una intensa lluvia. Las gotas caían en el agua azulada del suelo que tapaba apenas los dedos de los dos seres que ahí estaban. Los ojos de ellos una vez más se cruzaron, mientras hombre respondía ante el ataque realizado…

Eso conmigo… es inútil.

Una armadura de chakra raiton rodeo todo el cuerpo del sujeto, tal cual como había ocurrido con el otro hombre con el que había peleado hace un par de minutos atrás y ya había “derrotado”. Otra serie de sellos formados hicieron que los músculos de Ecstasy se marcaran, llegando ahora al 100% de su velocidad. Estaba furioso, no se sabía porque, pero lo estaba. En tan solo un parpadeo, movió su cuerpo hasta el cuello de la bestia que media casi el doble que el. Levanto a su enemigo por los aires usando su extraña fuerza, sobrecargando incluso sus músculos para luego gritar por los aires.

¡Bomba Ligeraaaaaaaaa!

El bijuu dejo que hiciera de las suyas, mientras en el aire intentaba cargar chakra una vez más, esta vez para atacarle frente a frente asegurándose de un jutsu certero, pero… algo le sorprendió. La lluvia diluía el chakra del monstruo que lentamente intentaba formar su ataque de chakra concentrado una vez más, sin ciertamente llegar a tener efecto alguno. Ecstasy dio media vuelta para no matar a la bestia de cinco colas, haciendo que en vez de ser la cabeza la que chocara contra el suelo, fueran las piernas del hombre que penetraron la tierra y causaron una destrucción masiva en unos 20 metros alrededor, rompiendo grandes fragmentos de tierra. Al parecer, había demostrado de lo que él era verdaderamente capaz de hacer. Después de hacer eso, la criatura quedo boca arriba, mientras el hombre caminaba entre los pedazos de suelo destrozado, dándole la espalda…

Deberías dejar de subestimarme…

Menciono mientras desaparecía una vez más, pues regresaba a ser el mismo, su consciencia, todo como si nada hubiera ocurrido aunque si había pasado. Una voz profunda y gruesa retumbo a los oídos del sujeto, que ahora estaba observando al Ronin en el suelo, muerto.

Eres digno… lo eres.

Rápidamente el Akatsuki corrió hacia un costado y tomo el cuerpo alguien entre sus manos, una de estas en la nuca de aquella persona que había tomado y la otra en las piernas, cargándole cual esposo a una novia. ¿Quién era?... salió corriendo rápidamente, se movió casi el máximo de su velocidad para no marear y hacer sentir peor a quien ahí había recogido, paso entre las casas y logro conseguir una especie de curandero, era un medico que tenia conocimientos de ninjutsu medico. Dejo el cuerpo de… de Taiga… le bajo delicadamente en una pequeña cama, sin siquiera hablar con el doctor, este supo que tenía que hacer. Dejo una gran paga a costa de que ella viviera, pues una herida de espada había sido hecha en su hombro izquierdo, cerca, pero no tocando el corazón. El doctor calmo la preocupación del shinobi diciendo.

Estará bien, no tienes que preocuparte y el dinero no hacía falta, ¿tú eres su padre? Porque tiene que estar en recuperación un par de semanas…

Las manos del curandero estaban en la herida, emanando un chakra verdoso que curaba poco a poco a la joven. El chico de la capa negra con nubes respondió ante las palabras de aquel señor de elevada edad.

No… el dinero… úsalo para cuidarla.

Mientras, desaparecía en un vórtice generado por sí mismo, no volvería a verle, nunca más. El motivo de eso era fácil de comprender, el era parte de una organización de asesinos y villanos, su cabeza estaba siendo buscada en más de un país y estar juntos seria un peligro para la joven que ni mayor de edad era. Ese era el “por que” de todo lo que había hecho después de salvarle una segunda vez, desapareciendo así de su vida, dejando tan solo hermosos recuerdos de lo que una vez paso…
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MensajeTema: Re: La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu]   La historia de mi vida ~ [Entrenamiento Bijuu] Icon_minitimeDom Ago 07, 2011 12:09 am

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