Una tarde tranquila [Libre]

La silueta de mi sombra se poso en la ventana. Mis ojos miraban hacia el tranquilo pueblo de Kumogakure, muy tranquilo para mi punto de vista. Gire mi silla hacia mi escritorio y puse mi cabeza arriba de este. El sombrero de Raikage descansando tranquilamente en el escritorio tapaba mi cara para todo el que entraba por la puerta hacia mi despacho. Me rasque la cabeza, y suspire.

-Aaah,- Grite en voz baja. -¿Donde alguien puede encontrar algo que hacer?- Pregunte al vació.

El despacho del Raikage era simple. Un montón de papeles sin leer amontonados en un escritorio de madera de roble. Junto con eso, una silla de cuero bastante comoda y grande, con el signo 雷 en su cabecera. Me levante de mi posición incomoda, y me coloque el sombrero de Raikage en mis pelos blancos. Me levante de la silla y di algunas vueltas por la oficina. Pateando cualquier cosa que viera delante de mi.

Mi vestimenta era la vestimenta simple de un Raikage, una túnica blanca, un chaleco de Kumo, pantalón blanco y sandalias blancas. Fuera de eso, era bastante extraño para los pobladores de Kumo, ya que mi piel, al contrario de ellos, era blanca, casi llegando a pálida. También era bastante delgado, no musculoso y moreno como la gran mayoría de los Ninjas de Kumo.

Me acosté en el suelo, y empecé a jugar con mi sombrero, lanzándolo hacia arriba y atrapándolo otra ves.

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Estábamos llegando a mi despacho, habíamos pasado sin problemas por las calles, sin contar las cabezas que giraban al ver al Raikage y su acompañante caminando tranquilos por la aldea. Un paseo de negocios simplemente, les decía respondiendo con una sonrisa. Al llega, unos Guardaespaldas rango Jounnin me esperaban en la puerta, preocupados de mi salida sin avisar a nadie. Les alcé la mano en señal de que estaba bien, y que se hicieran a un lado para pasar.

La puerta fue abierta por uno de ellos, agradeciéndoles ladeando mi cabeza. Sin mirar hacia atrás me senté en mi silla y la gire mirando hacia la puerta, poniendo mis brazos arriba del escritorio y juntando mis manos.

-Tráenos una taza de café, y unos malvaviscos para mi.- Dije mirando a uno de los Jounnin respondiéndoles con una sonrisa. -Ya nos lo traerán, ahora por favor, siéntese y continué contándome de ese Clan de cual usted habla, suena interesante.- Le dije señalandole con el brazo a una de las sillas libres.

Tome mi bolsa de malvaviscos cuando el ahora Ninja Renegado termino de explicarme toda la situación. Me hice hacia atrás con la silla, puse mis pies arriba del escritorio por comodidad, y empecé a masticar. Uno, dos, tres malvaviscos se encontraban en mi boca, masticados por mis dientes. Al tragar comencé a reír suavemente, lo suficiente para que el integrante del Clan Tenshi me escuchara. Me arregle un poco el pelo y me dispuse a hablar.

-Entiendo lo que dices, lo he entendido perfectamente. Ahora por favor, te pido que te quedes un rato mas, lamento llenarte la agenda, supongo que es bastante agitado ser un criminal y todo eso.- Dije lo ultimo con un aire de burla suave. -Pero, repito, te pido que converses un rato mas conmigo, olvida que soy Raikage y mi reputación. Incluso, cerrare la puerta.- Al terminar levante mi dedo indice, y hice una rotación, cerrando la puerta y el candado. -Fuuton,- Le explique al invitado.

Esperaba a que se me uniera, asi que le señale nuevamente con el brazo la silla libre. Mis dudas y preguntas crecían con cada minuto, y supongo que el seria un buen pie con el cual empezar para responderlas.

-Así que eres un Renegado de Kumo. Creo que me hablaron de ti, pero por lo que veo, no viniste a hacer ningún daño a la aldea, simplemente viniste para recoger un pergamino de tu clan, y solo por eso, te dejare ir.- Dije confortante, esperando que así aceptara la invitación de quedarse mas tiempo. -Hablaste todo muy rápido la verdad, déjame ver si lo recapitulo- Comencé a reír -No tengo ni la remota idea de como y porque desapareció tu Clan, y a decir verdad, si me interesa. Tratare de investigar, mandare a mis mejores ANBUS y me mantendré en contacto contigo ¿Supongo que tu también quieres saber sobre el motivo del cual mandaron a aniquilarlo?- Me lancé otro malvavisco a mi boca y mastiqué.

-También, hablas de otros Renegados que buscan los pergaminos secretos de esa aldea, por alguna casualidad ¿Conoces sus nombres, su localidad?- Tomé un poco de café y me rasqué la barbilla, esperando las respuestas del Renegado de Kumo.

Mire hacia la ventana por la que el estaba dispuesto a salir. Seguí mirando atentamente, otro malvavisco mas por la boca. Sus declaraciones parecían sinceras, pero al ser Renegado la confianza y la credibilidad bajaba bastante. Su manera de hablar era directa, pero defensiva, no quería revelar nombres ni tampoco revelar el de el. No presentía en causarle mas problemas, acordó con lo planeado y estaba en su derecho de irse.

-Pues listo,- Me levante de mi silla y me acerque hacia el. -Alianza?- Le estiré la mano.

Este aliado me iba a ir bien, un infiltrado en los renegados me iría perfecto.

luego, hablo con el señor raikage, y le digo: disculpe señor raikage, queria saber, si podia llegar a ser un sannin de kumo, disculpe mi atrevimiento.

luego Sendoh saca una carpeta de su bolsito, del cual, el tenia, las misiones que habia realizado, sus tecnicas habilidades, y demas, en otras palabras era una carpeta con el historial del joven.

en ese momento, mientras le daba al señor raikage la carpeta le dije: si me permite, sere un lider fuerte de los sannin junto a los demas sannin ayudare, al seguimiento de las organizaciones enemigas y tan bien a ser de kumo una aldea cuya estrategias son fuerte.

luego me quede esperando y veo que el señor raikage me ve y simplemente sonrio, mientras pensaba, espero no piense que por ser tan joven yo. no pueda ocupar ese puesto.