En la plenitud del silencio #Monster

Principios de Agosto, era evidente el cambio del ambiente. Aquel día se mostraba agradable, con un sol tranquilo tan potente y apacible a lo alto, justo a la cabeza haciendo un hincapié de la hora, las doce del día justamente. Perfecto para salir a dar alguna vuelta sin necesidad de preguntar por alguna lluvia torrencial que pudiese aproximarse, al contrario. Aquel pelinegro salió a dar una vuelta, vistiendo su típica túnica blanca alrededor del cuello dejando que arrastrara en el suelo sin siquiera inmutarse a levantar la prenda. Sin siquiera consentirlo, ingresó en un campo de batalla, aparentemente libre. Muy natural para su gusto y a ciencia cierta le agradaba. Sin más se acerco a aquel terreno vacío, a tientas de encontrar a alguien, lo deseaba.

Madara Uchiha y el primer hokage. Ambas estatuas adornaban con gran imperio el valle. Sin duda un lugar nostálgico e histórico para los habitantes de la aldea de la hoja. Sin embargo poco frecuente. ¿Porqué? Había escuchado una infinidad de veces la historia de la fundación de su aldea natal, y aún así, aún a pesar de aquellas acciones que hicieron ambos hombres; no sentía la plenitud de estar en algún lugar, que, en un pasado pudiese suceder algo. Seguro era por el hecho de que tenía la necesidad de presenciar algo realmente "histórico" para su presente, dejando lo que nunca dio un acto de presencia atrás, y así prefiriendo ser participe de una verdadera revolución o siquiera de alguna escena que hiciera ese lugar, importante. Esa podría ser la razón por la que Matt se encontraba aquel día de Agosto en medio del lago, esperando presenciar algo que cambiará aunque sea un poco su vida. Y ahí, ese día, presentía con gran fulgor que sería el momento. Solo era cuestión de esperar.

Un suspiro soltó, fue más que necesario para dar tan solo un paso y aparecer inmediatamente en el centro del enorme lago. Bastaba un poco de chakra bien equilibrada en la suela de los zapatos negros que llevaba; y estar encima de aquella manta líquida, esperando paciente la llegada de algún homólogo que estuviese dispuesto a entrar en compañía para una batalla.Una canción comenzó a dar vueltas en su cabeza, durante la espera. Un ritmo ciertamente pegajoso y la letra con cierto sentido y rima que tornaba en su mente como si de un disco rayado se tratara. Pronto su cabeza comenzó a seguir el ritmo, bastó un movimiento suave de arriba abajo para seguirlo.

Los minutos transcurrían pronto opto el joven por sentarse, aún manteniendo equilibrio sobre sus pies. Sobre aquel campo líquido, inmutando a cerrar sus ojos y simplemente continuar escuchando en su cabeza aquella canción que había invadido sus sentidos.

Era una tarde al parecer agradable para salir ah dar un paseo y conocer personas, ó eso pensaba Alice, pues por su parte estaba bastante aburrida en su aldea, tenía intenciones de conocer a el Raikage, pero le habían dicho que esté no se encontraba en dicha aldea, decepcionada la chica, salió de la aldea sin dar explicaciones, ó razón alguna. Sin mas la pelinegra comenzó ah caminar, para tratar de olvidarse de su aburrimiento, pensó ah que lugar podría ir y en ese momento solo paso por su mente un lugar que lo llamaban “El valle del fin”, si sabía que ahí casi no iban muchas personas, eso lo hacía mejor para ella. Luego de un buen rato la chica llego ah dicho lugar, en el cual solo dejo salir un suspiro y bastante agotada se tiro al suelo para “recostarse” ah descansar un poco antes de seguir con su caminata. — ¡Kya! … esto es aburrido — Murmuro la chica para si misma, mientras sonreía un poco agotada.

Luego de unos cinco minutos ella decidió levantarse para caminar hacía una laguna que estaba ahí, quería mojarse un poco el rostro para despertar y al menos desaburrirse un poco, sin nada mejor que hacer comenzó ah caminar hacía dicha laguna, cerca de ahí escucho como el agua caía con fuerza y sonrió un tanto confiada acercándose ya más a la laguna. Una vez frente ah está la chica se dio cuenta de que ahí había otras dos personas al parecer los dos eran hombres, jóvenes pero hombres. Sin pensarlo dos veces la pelinegra abrió sus ojos y desde donde estaba grito con un poco de “entusiasmo” .. — ¡¿Hola?! .. — Dicho eso Alice levanto sus brazos tratando se hacer señas, para que al menos uno de ellos la pudiera ver.

Sus ganas de un encuentro pronto se había desvanecido en su totalidad tras tomar la calma en aquel lago en compañía de dichosa canción que arrumbaba su mente, la compañía de la brisa caliente que acariciaba su cara, jugando con su negra cabellera, podría decirse que le agradaba. Soltando sin más un suspiro, aún manteniendo el ritmo con la cabeza sin perderse algún compás. Abrió finalmente sus ojos tras terminar con la canción; sin más, alzó la mirada hipnotizado por las nubes se quedó observando un tiempo, acomodando sus brazos detrás de su espalda, dejando sus pensamientos irse con aquellas brisas que empujaban las nubes haciendo que desaparecieran en el acto ante la infinidad del cielo. Lo dejaba pensando, y haciendo que se comparase a él mismo con las nubes, las envidiaba, al menos viajaban libres y sin preocupaciones. Volvió a soltar otro suspiro.

Una voz interrumpió su pensar. Masculina, si, sin embargo no se dirigía a él, pero hablaba de él. ¿Tenía compañía? frunció el ceño, esperando a que terminara de hablar el desconocido a sus espaldas. Finalmente se dirigió a él y fue, cuando sin más dejó caer su cabeza atrás, mirando de cabeza al personaje que ahora, sus olivos ojos postraban plena atención en la figura.

-Supongo que nada....

Cerró por tan solo un par de segundos sus ojos, para así nuevamente abrirlos al tiempo que se paraba. Gran flojera evidente en sus brazos que ahora reposaban en sus costados y a juzgar por el movimiento de sus hombros un semi círculo para terminar de despabilarse. Volvió a observar a la persona, esta vez con mayor atención.

-¿Tú qué haces aquí? Parece ser que no eres de estos lugares. ¿Cierto?

Evidentemente refiriendo a su aldea, Konoha.

Mientras esperaba alguna respuesta, visualizó mejor y sin poder evitarlo llegó a una sola conclusión: Es una mujer con voz ronca y fea. Juzgando su apariencia con aquella cabellera tan larga, uñas pintadas y ese toqué de no sé que, que le provocaba ese razonamiento a Matt.

Durante su visualización se vio interrumpido por un pequeño grito a lo lejos. No tardó mucho en ubicar de donde provenía. A juzgar por la figura era una chica, sin querer verse mal educado estiró su brazo y lo movió de derecha a izquierda saludando con la diestra.

El joven parecía haber respondido a las palabras del shinobi de cabellos grises y largos con una simple frase, para luego comenzar a levantarse. Un leve aire de flojera y calma se podía presenciar en su cuerpo, incluso en sus brazos que yacían colgados a sus lados, el mismo aire de calma que había en el rostro de Ecstasy quien quedaba parado escuchando las palabras de aquel joven, afirmando que el Akatsuki no era de este lugar. No le iba a mentir, no tenía intenciones, pero tampoco tenía por qué decir la totalidad de las verdades que diría para responder a cada una de las preguntas de tan joven ninja que se presentaba frente a este. Una muy leve brisa cálida comenzó a recorrer moviendo ligeramente la superficie del agua, unas cuantas hojas en los arboles en la parte superior se caían mientras que danzaban al compas del cantar del os vientos que a su vez hacían mover la larga cabellera del hombre, ondulando muy suavemente con el pasar de la corriente de viento que poco a poco se detenía, dejando una vez más su larga cabellera inmóvil, suspendida en el aire hasta el nivel de la cintura. Movió levemente sus manos sacándolas de sus bolsillos de aquel pantalón de cuero para cruzar la una a la otra y con una sonrisa de medio labio responder ante las palabras del señorito que se postraba frente a él en medio de aquel lago tan simbólico.

Hmm… no lo negare, no soy de aquí, digamos que soy de esos que viven en todos lados, y supondré que tu si vives por aquí cerca, pues siendo tan joven no creo que te aventures así solo por la vida ¿o estoy equivocado?... joven sin nombre.

Un leve silencio se hizo por un par de segundos, silencio que rápidamente fue opacado por un grito que provenía desde lo lejos, un simple “Hola” que era vociferado por un par de labios delgados y femeninos, era nada más y nada menos que una señorita que por ahí pasaba, una chica de cabellos oscuros, desde lo lejos se podían notar sus ojos verdosos y su mano alzada en señal de un saludo amistoso y cordial. Aquel joven desconocido respondió haciendo lo mismo, alzando el brazo, por lo que para no quedar atrás, Ecstasy levanto rápidamente la mano y movió levemente de un lado a otro, luego le bajo y coloco su dedo índice y medio en su frente, haciendo un gesto de esos de confianza, para terminar cruzando una vez más mano con mano.

Esto se está llenando de gente…

Hablo en su mente aquel monstruo ahora pacifico que se encontraba dentro de él, haciendo referencia a que poco a poco parecía llegar más gente. La joven parecía no moverse, pues tan solo había saludado desde la orilla.

Por lo visto tenemos visitas, y parece ser una hermosa jovencita…

Termino de hablar para bajar sus manos y dejar estas colgando a sus lados, sin hacer esfuerzo más que el necesario para mantener el chakra en los pies para que su cuerpo no se hundiera, después de todo no deseaba darse una ducha inesperada.

Sin más que hacer, la pelinegra mantuvo sus brazos al aire aún saludando ah los dos chicos que se encontraban del otro lado, sonrió un tanto confiada pues, ambos habían respondido bien al saludo de ella. Aún con la sonrisa dibujada en su rostro, bajo poco ah poco los brazos para comenzar ah caminar sobre el agua, algo que parecía ilógico pero no lo era, pues había un jutsu que permitía hacer eso. Borro la sonrisa de su rostro y comenzó ah caminar con cuidado por el agua, con un poco de miedo de caerse y darse un chapuzón, estaba un poco preocupada por caerse, pero al mismo tiempo no le importaría si eso pasaba pues ella tenía un poco de calor y el agua la refrescaría un poco. Una vez cerca de los chicos se desconcentro un poco al ver ah ambos pues ambos eran atractivos para el ojo de una mujer, pero el chico de cabellos gris tenía algo que lo diferenciaba del otro, quizás era la cicatriz que tenía en su rostro, no sabía que era aquello, pero lo que para unas personas parecería feo, ah ella le llamo la atención, provocando que uno de los pies de la chica se hundiera en el agua lo cual la hizo que perdiera el equilibrio y por lo tanto el otro también comenzara ah hundirse. — ¡Ah! — Gritó la joven mientras tomaba el brazo de el chico, de cabellos gris y se sujetaba de esté para no caer completamente al agua. Poco ah poco se fue levantando hasta volver ah estar de pie.

— Etto … — Dijo la chica, bastante avergonzada por lo que había pasado, mientras bajaba su mirada, ah sus pies los cuales miraba un tanto confundida. — ¿Hola? — Dijo levantando poco ah poco su mirada para poder ver ah ambos chicos, estaba avergonzada, pero sabía que el no ver ah una persona ah los ojos mientras hablaba era de mala educación y eso estaba contra sus principios.

Soltó un bufido a lo bajo al escuchar las palabras del otro, quien tenía que admitir poco más alto que él, aún costaba de subir un poco el iris para colocarla sobre los ojos de él.

-No he viajado aún poco no hay nada que me interesa allá afuera.

Admitió, encogiendo sus hombros en un movimiento ligero y vago. Sentía sus ojos tremendamente pesados, sabía y acertaba que en cualquier momento terminaría dormido. Miró intuitivamente a la joven de nuevo, al escuchar las palabras de su ahora acompañante. No se había fijado en el físico de la chica hasta que él lo mencionó y claro estaba que a medida que se acercaba ella con pasos torpes y para nada certeros era evidente lo que había dicho.

-Si, supongo que es linda.

Soltó un bostezó mientras aún miraba llegar a la nueva acompañante; pronto fue tapado con su mano sobre la misma para evitar dar una mala impresión y sencillamente por educación.

-Es Matt.

Comentó, recordando el comentario sobre su nombre. Llevó sus manos a los bolsillos de su pantalón, mirando con el ceño curioso y la cara un poco ladeada a la chica, parecía simpática en cierta forma, linda, si rectificaba lo que había dicho la figura aparentemente masculina con toques femeninos frente a él; sin embargo un poco torpe, pero con gracia.

-Hola.

Saludó de igual forma, aún mostrando un ensamble vago pero sereno.

La pelinegra, seguía del brazo del chico aún avergonzada por lo que le había pasado antes, ambos pies ahora estaban mojados y ella estaba un poco sonrojada por la tontería que había cometido, aún así escucho lo que había dicho el chico de cabello corto, sonrió al ver que el había respondido ah su saludo, no mucho después el otro chico de ahí comenzó ah hablar, al parecer se dirigió ah la joven chica, pues lo que había dicho el claramente era para una chica, está al escuchar lo que dijo se sonrojo un poco y sonrió ocultando aquel rubor. — Etto… arigatou gosaimasu — Dijo mientras daba una pequeña “reverencia” al chico y sonreía ya menos sonrojada. Al parecer aquel chico, tenía sus modales muy presentes pues no tardo mucho en presentarse con los dos otros jóvenes presentes. Al parecer el se llamaba “Ecstasy” un nombre muy poco común, pero interesante, tenía 23 años, lo cual de verdad asombro ah la chica, la cual no pudo evitar abrir sus ojos bastante sorprendida, pues ella calculaba menos edad en el, aparentaba tener 19 o 18 años, espero ah que el terminará de presentarse y cuando finalmente guardo silenció la joven dejo salir un suspiro, mientras cerraba sus ojos poco ah poco, no mucho después abrió sus ojos para poder observar ah los chicos, se dio cuenta de cómo Ecstasy, había tomado de su mano, ladeando su rostro para poder observar sus ojos, ella casi no se sorprendió de que buscara sus ojos, pues la mayoría de las personas siempre miraba sus verdes y profundos ojos. Al parecer el no había terminado de hablar pues, después de esa acción el había pedido permiso ah Alice, al parecer para cargarla.

— Etto… Sí — Dijo mientras dejaba que el chico la levantara, se dio cuenta de cómo el posaba sus manos sobre sus caderas lo cual provoco un leve sonrojon en sus mejillas, poco después ella ya estaba en brazos del chico, sonrió un poco sonrojada, no tanto era natural aquel rubor que hacía verla un poco más linda eh inocente. Escucho lo que había dicho el de que se sujetara, pero por inercia ella se había adelantado, rodeando su cuello con ambos brazos, sintió el rápido movimiento del chico, lo cual provoco que ella se apegara más ah el. Una vez en tierra, la chica escucho lo que había dicho el, acerca de no mojarse agradeció con una pequeña reverencia, mientras retiraba sus brazos del cuello del chico. — Arigatou gosaimasu, una vez que usted me baje me presentaré — Dijo por ultimo mientras sonreía y movía sus pies con un poco de ritmo, quizás ellos lo veían como algo estúpido eh infantil pero ¿Qué más daba?.

Soltó un estornudo seguido de una queja a lo bajo semejantemente a un "Ay", tenía la sensación de que alguien seguro estaba hablando a sus espaldas, o bien. Se trataba de un resfriado que estaba por aproximarse. Soltó un pequeño bufido a lo bajo.

Prosiguió a prestar atención al hombro que al parecer mayor de todos los presentes ahí, se presentaba. Sin poder evitarlo frunció el ceño un poco, aún manteniendo el matiz sereno y tranquilo, revoloteando en su cabeza un par de veces el nombre de aquel señor afeminado. Juraría que en algún lugar había escuchado aquello y no precisamente había sido con cumplidos o cosas realmente buenas; seguro había sido algún bandido de menor importancia o simplemente alguien que había hecho algo sorprendente. Quién sabe, aún así no descartaría la idea de que tendría que grabar bien el nombre y más tarde investigar sobre él. Hacía el mínimo esfuerzo por recordar aquella mención, pero aún así le intrigaba aquel. Valla día que había tomado para conocer nuevas personas encima con aquella flojera que le pesaba en sus hombros a gran escala que incluso él mismo se sorprendía de aquello. Seguro era culpa de la academia, al menos ahí hacía algo y ahora, por ser tan lento y quedarse sin su propio equipo no hacía nada y pasaba de hacer las misiones de menor rango, que la flojera se le impregnaba a toda hora. Sin duda un aspecto que cambiar.

El hyuuga, aún con las manos en el bolsillo observó con curiosidad como, aún sin conocer a la mujer le cargaba con plena confianza y justo, en el momento en que se dispuso a dar el primer paso para dirigirse a la tierra, aquel hombre de larga cabellera en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba al otro lado y no solo eso, sino que por la cantidad de agua que dejó atrás, empapó a Shadows por completo. Poco le importó. Al ser un ninja de sensibilidad de chakra, por naturaleza de clan. No pudo evitar sentir el mínimo control de chakra que había hecho el hombre y aún así había sido sorprendente. Con sus ojos abiertos de par en par ciertamente sorprendido miró atónito al hombre. Había recordado quien era, un miembro activo akatsuki. Pronto formuló una serie de sellos, simplemente por prevención puesto que si en un futuro llegará a atacarle, al menos se vería protegido por los recientes.

-I-Imposible....

Pensó. Aún atónito por su reciente descubrimiento. Pronto, cuando bajo aquel manto de agua que obstruía su vista se incorporó,agradecido a que no prestaban atención ni a sus movimientos ni mucho menos a aquella expresión que había logrado dejadlo boquiabierto. Volviendo a tener su postura serena y vaga como un principio. Optó por no hacer nada por el momento, sin embargo se llevaría con cautela el pequeño descubrimiento ante sus ojos.

Caminó hacia los ninjas, quienes ahora se encontraba en tierra. Mientras él a pasos lentos llegaba, usando su tiempo en el camino para exprimir un poco su ropa que ahora empapada estaba. Llegando, finalmente, se pasó ambas manos sobre su cabellera alborotando sus suaves y ondulados cabellos, para así al menos facilitarles el trabajo de secarse.

-Bueno, ahora el mojado soy yo.

Confesó con un poco de molestia, sin embargo manteniendo un toque amable en su decir.