Nuevo camino.

Hacía unas cuantas horas que había salido de mi aldea, había atravesado a toda velocidad aquel desierto que ocultaba mi aldea, adentrándome con tranquilidad en el bosque de Konoha. Había descansando durante un momento en el trayecto, dando un corto baño en gran lago y la cascada del Valle del Fin. Ahora estaba limpio, no había ni un solo rastro de arena en mi ser. Alejandome del caluroso clima de suna y acercándome al fresco clima de Oto.

Después de aquel baño, caminé con total tranquilidad por el sendero del bosque, sin preocupación alguna, sin prisa alguna. Una ligera sensación de hambre se creo en mi estomago, y decidí parar en un pequeño puesto de ramén que dividía el sendero para ir hacia el país de los campos de arroz. Comí tranquilo y despreocupado, como si nada me importara en aquel momento. Salí del pequeño local y seguí caminando despreocupado totalmente, con la mirada hacia el cielo aunque con los ojos cerrados, como si solo caminara para relajarme. Caminé durante minutos que pasaron más rápido de lo que nunca habían pasado, hasta llegar a las puertas de la aldea de Otogakure. No había nadie al rededor, solo ninjas guardianes en los costados de las puertas y Anbus encima de la muralla que la protegía.

Sin preocupación y total tranquilidad caminé acercándome a un ninja, observando como este tomaba posición de defensa - Tranquilo, soy Lelouch vi Britannia, Jounnin de Suna. Deseo hablar con el Otokage - Hice una ligera reverencia asegurando que no era de peligro, y segundos después un joven Anbu corrió al parecer a informar al Otokage de mi llegada. - Ok... espere aquí un momento en lo que alguien lo escolta - Asenté con la cabeza y permanecí de pie mirando el cielo esperando que algún Jounnin o Anbu de la aldea llegara.