Dante había recorrido un largo camino en poco tiempo. Se había ido de su antigua aldea, ahora posiblemente hecha escombros, para seguir con su vida y empezar de nuevo. Luego de un largo viaje, llegó a Konoha, una de las aldeas más conocidas en el mundo. Se acercó caminando hacia la puerta. Para su suerte, no había guardia en aquel lugar, por lo que entró y paso desapercivido. Entró y se dirigió a la zona de entrenamiento, para no causar un gran alvoroto y no llamar la atención.
-<<Levantate y Sigue Adelante>>... Que sabias palabras, padre...-
Dante sacó un cigarrillo y lo encendió. Luego, se dirigió a paso lento, pero seguro, hacia la zona de entrenamiento.