La travesia al Pais del Fuego habia sucedido sin ningun altercado para mi suerte. Me encontraba con un paso normal, aun sin mis piernas pesar ni tampoco una gota de sudor visible en mi frente. Aun asi, mis ropajes daban a entender otra cosa, un chaleco de cola bastante moderno, con unos adornos de rayo en el final. Mi sombrero de Kage me protegia de un sol gigante que reflejaba con toda su intensidad en los bosques de Konoha, lo bueno era que lo mismo del sol, una brisa potente me refrescaba la cara cada vez que chocaba contra mi.
Me presente ante la puerta principal de Konoha. Unos chicos desconocidos para mi me dieron la bienvenida. Simplemente una suave inclinacion de mi cabeza, para mostrarles con perfeccion el sombrero, fue lo suficiente para dejarme pasar. No les tuve que explicar ninguna razon, el mero hecho de un Kage presentandose tan facil a una aldea era razon suficiente para dejarlo entrar. Despues de todo, un Kage era la maxima autoridad en cuanto a rangos se tratase.
Entre con aires de superioridad a la aldea, nada a drede, simplemente me gustaba saber que la gente me via como alguien preeminente. -Ojala y Eisuke se encuentre en su despacho.- Musitaba mientras una sonrisa tierna se dibujaba en mi rostro, al mismo tiempo que de reaccion mis ojos se cerraban.