Permanecer todos los días en aquella guarida no le agradaba mucho a Chiracu por lo cual decidió salir a pasear a algún lugar intersante. Antes de partir abasteció sus provisiones las cuales colocó en su mochila ordinaria, al mismo tiempo reflexionaba detenidamente en el lugar donde iría a parar... Tal vez un valle, una villa o un desierto; los valles no eran los lugares dónde Chiracu pararía a relajarse, una villa no era aconsejable por el alto grado de vigilancia y peligro, por tanto Chiracu decidió marchar unos días a algún desierto para entrenar entre sus temperaturas extremas tanto de día como de noche. Una vez haber llegado a la salida comprobó que la temperatura era bastante alta, un fenómeno extraño por aquel bosque que guardaba la guarida; también se destacaba cierta humedad en el entorno, sin embargo esto no alertó mucho al joven ninja por lo que prosiguió a seguir su camino a dicho lugar. Marchaba con paso lento y bastante prudente, no debía olvidar que era un criminal; aún sin alejarse mucho de la guarida la cual aún podía observar a lo lejos entre la espesura de los árboles Chiracu decidió sentarse un momento y reflexionar sobre la decisión de comunicar su brusca ``excursión´´ a tan árido lugar... Ciertamente el líder podía imaginar que Chiracu podría haberse fugado y revelar a alguna aldea enemiga la ubicación del escondite Taka, o cualquier cosa parecida. El chico se levantó y con paso lento reanudó su caminata, pero esta vez de vuelta a su guarida para avisar a sus superiores de dicha aventura que el chico decidió emprender. Al estar ya a la puerta de la guarida depositó su mochila a uno de los extremos de dicha puerta y se adentró en ella, una vez dentro empezó a buscar la habitación de 2D-sama ya que aquella guarida era realmente un laberinto que incluso Chiracu, un miembro de esa Organización no conocía bien. Varias trampas se activaban con el paso imprudente y despreocupado del chico el cual hacía un ruido inmenso que seguramente molestaba a todos los miembros de esa organización. Poco a poco Chiracu perdía su ilusión de emprender su pequeño viaje a algún desierto ya buscar por toda la guarida le cansaba, sin mencionar que no conseguía encontrar a ninguno de sus superiores por mucho que buscara. Al cabo de media hora el chico se sentó rendido en el duro y frío suelo de aquella guarida, no sabía ya ni dónde estaba la salida ni dónde se encontraba, eso era un caos: Perdido en su propia guarida. Agachó su cabeza mirando el suelo durante unos instantes... Se levantó lentamente y echo a correr por aquellos pasadizos, estaba harto de esto y quería irse en el instante a cualquier lugar que no fuera esa guarida, ya no le importaba si era el desierto, una villa, o a la sombra de un árbol, solo quería marcharse de ese absurdo lugar. Pasaron varias horas y Chiracu seguía sin poder salir del laberinto, empezaba a cansarse seriamente del camino sin fin, con innumerables habitaciones vacías y varias trampas que lo obligaban a correr para salvarse, perdido en aquella inmensidad se le ocurrió una idea;
-Estoy harto... Voy a tumbar esta pared de piedra... Al parecer entre roca y roca hay fisuras que permiten pasar una corriente de aire... significa que la derrumbo estaré en el exterior... - Pensó el joven ninja dispuesto a realizar su desesperada idea. Sin pensarlo dos veces acumuló chakra Raiton y ejecutó una serie de sellos: -Chidori! -Exclamó el muchacho haciendo aparecer una gran cantidad de chakra en su mano derecha, cogió carrerilla de unos pocos pasos y derrumbó aquella pared en un santiamén; sin embargo después lamentó haber hecho algo tan irresponsable ya que la salida de la guarida estaba a unos metros a distancia del chico.
Después de tal acción se encontraba en el mismo sitio que hace unas horas y sin haber resuelto nada, peor aún, había destrozado una pared de la guarida. Sin ganas para salir de ``excursión´´ el chico se sentó amargado sobre una roca cercana a la guarida para descansar.