Uchiha Itachi

Nombre: Itachi Uchiha (うちは イタチ, Uchiha, Itachi
Clan: Uchiha
Elemento: Katon

Jutsus:

Armas: Ninguna
Especialidad: Utilización de habilidades de Sharingan, y potencial experiencia en Genjutsus de todo tipo.
Habilidades:

Mangekyō Sharingan (万華鏡写輪眼, Mangekyō Sharingan):

Susanoo (須佐能乎 Susanoo Dios del Mar):

Tsukuyomi (月読, Tsukuyomi Dios de la Luna):

Efimero (ウタカタ Utakata):

Karasu Bunshin no Jutsu:

Ilusión Demoniaca: Espejo del Cielo y Cambio de la Tierra (魔幻・鏡天地転, Magen: Kyō Tenchi-ten):

Invocación: Ninguna

Historia: El recuerdo de aquel fracturado lazo era más sofocante que el calor de ese viejo verano. Herido, tocada por la muerte y con la vaga esperanza de un nuevo rayo de luz. Tras completarse el viaje en carruaje la voz del cochero se apagó después de haber hablado con los caballos dos horas seguidas. Un loco que no tenía más que a ese par de animales y a los que les debía su trabajo.

Descendió aturdido y con un punzante dolor de cabeza. La voz chillona del hombrecito y el reiterado relinchar de las bestias no paraba de retumbar en su interior. Sus pies semidesnudos fueron cubiertos por la delicada brisa de la hierba a la cual olió. Sintió el viento en la piel, escuchó el canto de los pájaros y su mirada se perdió en el vasto horizonte tupido de colinas y montañas.

Caminó hacia el norte. Abandonado de toda compañía y en una encomienda suicida. De la nada, en el cielo comenzaban a aglomerarse una desesperada multitud de nubarrones que en segundos opacaron sin esfuerzo al resplandeciente sol. Luego de caminar por el amplio escenario accedió a un accidentado camino que la condujo dentro de poco a una quebrada ascendente que la llevó a la base de una de las montañas donde ya comenzaba a apreciarse el frío. Aquella era la más alta e imponente de todas.

Después de una hora llegó a la cima y lo que vio a continuación la sobrecogió por breves instantes. En la parte posterior de la montaña se extendía una planicie, una especie de páramo con una variedad de arbustos y florecillas silvestres que cubrían ampliamente el territorio haciéndolo seductor a la vista, no muy lejos y en alto, descendía un angosto río que desembocaba en una laguna. Enseguida una vieja cabaña que daba señales de vida debido al humo que liberaba la chimenea.

Exhaló con torpeza después de tan agitado y tortuoso recorrido. Tragó saliva. Hizo una breve pausa reflexiva. Sabía a lo que iba y que ahí podía terminar. A punto estuvo de tocar la puerta cuando esta fue abierta de golpe por un hombrecito de rasgos peculiares que le indicó la entrada. Transcurridas unas horas de explicación básica, el anciano, que anteriormente había pertenecido al grupo de médicos de Sunagakure, se dispuso a evaluar sus habilidades en la parte media de la laguna donde se hallaba una hilera de troncos encajados en el fondo y separados metódicamente y desde luego estaban tan bien distribuidos que la dificultad de la prueba se incrementaba al doble.

Si lograba pasar, y más aún concluir el entrenamiento estaría en la cúspide de esa etapa, la cerraría con broche de oro. El mismo fue ardua y el rival demasiado complejo, incluso más de lo que había previsto, poco faltó para verse derrotado. Con múltiples dificultades y el cuerpo más que agotado, superó la prueba, cuando lo hizo sintió un regocijo peculiar. Debía permanecer dos años para que su preparación estuviese completa. El entrenamiento en los primeros días no fue nada nuevo, aprendió primeros auxilios, meditación y fortificación de la mente.

Era lógico que conforme avanzara las técnicas adquirían mayor fortaleza y dificultad de aprendizaje. Explotó su fuerza al máximo, mejoró considerablemente su genjutsu y ninjutsu y siguió con el fortalecimiento de sus paredes mentales. En algún momento de charla con el viejo al shinobi le fueron reveladas algunas verdades de la aldea e incluso de su maestro, asimismo se le transmitió alguno que otro conocimiento único y prácticamente extinto.

El anciano siendo consciente de que no podía someterlo a contra de su voluntad le hizo una petición, sabiendo que la muchacha no se negaría después de todo lo obtenido en esos meses, y acertando a su pensamiento Lelouch fue intervenida quirúrgicamente por el pequeño hombrecillo, la cirugía era ocular, resultó completamente limpia, sin temores y errores, exitosa. Después de que los ojos fueron aceptados permaneció en recuperación alrededor de un mes que no fue mal aprovechado, siguió entrenando, especialmente su audición que, como nativo de su aldea ya la tenía bien definida. Posteriormente entrenó su nueva visión y las habilidades que la misma le confería, superando a su maestro en poco tiempo pero no por ello dejando de entrenar un año y medio más. Sus habilidades ilusorias y mentales aumentaron potencialmente, al igual que su velocidad y habilidad en Ninjutsu.

Durante su estancia ensayó sus capacidades ilusorias con animales e incluso con el hombrecito. Aprendió todo lo que tuvo al alcance y afinó los detalles de cada una de sus técnicas. Agradecido por todo lo transmitido prometió visitarle con frecuencia y ayudarle en todo lo que estuviese a su alcance, finalmente después de unos días se marchó.