Misión Rango C - El Collar de Mamá -

Era una tarde fría y tranquila en la Aldea de la Hoja, los fuertes vientos me sacudían los blancos cabellos, cosa que me causaba mucho placer, mis ropas se agitaban al ritmo del viento y las brisas, todo apuntaba a que, en cualquier momento de la tarde, el sonido de la lluvia comenzaría a complementar la caída del sol y continuaría hasta que este anunciara nuevamente su salida.
Me habían encargado una tarea, tenia que viajar a Kumogakure y ayudar a una joven a encontrar el collar de su madre, cosa fácil para un ninja, pero, al ser mi primera misión, estaba muy emocionado, y tenia ganas de comenzar rápidamente, aunque esto no se reflejaba en la expresión de mi rostro.

Antes de salir de la aldea y partir viaje, decidí revisar mis provisiones, tenia todo lo necesario como para una encargo de tan poca dificultad, a decir verdad, no esperaba algo tan simple, a pesar de no tener experiencia, creí que, por lo menos, tendría que pelear con alguien. Me acomodé un poco el cabello y partí viaje.
El camino era silencioso, estaba rodeado de árboles y cada tanto se escuchaba algunas sacudidas en los arbustos y las copas de los árboles, escuché ruidos y comencé a asustarme - ¿Quién está ahí?- grité con tono temeroso, al instante, se escuchó el sonar de las hojas, unos pájaros estaban jugueteando entre sí, me tranquilicé y suspiré con calma, - Debo ser más valiente -, me dije a mí mismo. Aunque al segundo, uno de los pájaros, había dejado caer sus deshechos en mi cabeza.

Al tocar mi cabeza y sentir la horrible textura de ese pequeño "regalito", mi rostro se transformó y dió lugar a una horrible expresión, mezcla de odio y enojo. Me agaché y tome una piedra del suelo, apunte a los pájaros y la lancé mientras gritaba - ¡ Toma esto maldito ! - , el pájaro lo evitó sin problemas y trinó, como si se estuviese burlando de mi, tomé otra roca y se la lancé, esta vez, sin apuntar demasiado y gritando - ¡ Ya verás ! - , repetí esta acción indeterminadas veces, hasta que me di cuenta que no tenia caso, los pájaros se fueron felices y yo seguía ahí en medio del camino, manchado, y con una misión por delante.
Visualicé un charco cerca de mí, me acerqué, me tendí a su lado e intenté quitarme el excremento con el agua, no resultó como yo esperaba, pero algo es algo.

Al terminar de quitarme la suciedad, me pare lentamente y con una expresión de tranquilidad que se contemplaba en todo mi rostro, me sacudí un poco los pelos y continué viaje.
Pasaron un par de horas y mi estomago reflejaba la situación con un gruñir constante, me faltaba un cuarto de viaje y había olvidado toda tipo de comida. Terminé decidiendo parar un rato e intentar conseguir algo de comer, me metí en una arboleda que había por ahí, pero no encontré ningún rastro de comida, ni una misera fruta ni nada. Cuando me dí cuenta, estaba completamente perdido, observé mis alrededores y vi humo salir entre las copas de los árboles, sin dudarlo, corrí hacia ese lugar.

Me escondí entre los arbustos y observé a una pareja que estaba festejando algo, tenían una mesa con cubiertos, una pequeña tienda y unas leñas encendidas que calentaban el ambiente con llamas densas, no me importó por que estaban ahí, solo me concentré en el lechón que estaban cocinando. Me tomé un rato para pensar y comencé a moverme, las hojas de los arbustos me ayudaban haciendo ruido, el hombre, escuchó el sonido y tomó un cuchillo de la mesa, su "amiguita" lo acompañaba tomada de su espalda, se acercó a pasos lentos y fríos, pero cuando llegó al arbusto, yo ya me había desplazado muy lejos y tuve suficiente tiempo para cortar un pedazo de lechón. Corrí con todas mis fuerzas y al salir del bosque, pude ver la entrada a Kumogakure, ya había llegado.

Me comí el lechón con la mano y a grandes mordiscos, mientras tanto, me acercaba cada vez más a la aldea.
Al llegar, unos guardias me preguntaron de donde venia y que quería, no dudé en decirles la verdad, venia desde Konoha a cumplir una misión de rango C. Dudaron un poco, pero finalmente me dejaron entrar. Todo parecía tranquilo, caminé un rato y cuando ví una chica con su cabeza dentro de un basurero, no dudé que era la persona que buscaba. Le tomé del hombro y la saqué de ahí, se asombró y me preguntó quien era, ahí le expliqué la situación y finalmente asintió con una sonrisa - ¡Entonces, vamos, comencemos! - , ella pensaba ayudarme a buscar. La situación era más calma de lo que pensé. Caminamos un rato y llegamos a un lugar donde ella se detuvo.

- Aquí es donde recuerdo haber estado por última vez, caminaba borracha y caí tendida en ese mismo lugar - decía la joven mientras señalaba el lugar del que hablaba. Me acerqué lentamente al sitio y sacudí un poco la tierra que había, - No hay rastro de nada - dije mientras giraba mi cabeza para observar como ella se entristecía. Miré un poco a los costados y se me ocurrió algo - ¿Alguien tenia algún interés por ese collar? - le dije a la joven - Bueno, mi mejor amiga, pero... no creo que sea ella - me contestó un poco dudosa, - Llévame con ella - le ordené a la joven, no tuvo problemas en hacerlo.
Llegamos a una casa común, no muy grande, no muy chica, tenia la puerta abierta así que entré sin dudar.

Cuando entré allí se encontraba la chica, con el collar en su cuello, mientras bebía el té. Le pregunté a la joven si ese era su collar, y mientras miraba sorprendida a su amiga asintió con su cabeza. Le pedí a su amiga si podía darme el collar, pero al decir que no, no tuve más opción que intentar sacar un kunai de mi bolsa, se asustó, se quitó el collar y lo lanzo hacia mí mientras corría desesperada a su cuarto. Claro que nunca tuve intención de hacerle algo, solo quería asustarla. Le entregué el collar a la chica y le dije que lo mejor era que fuese a hablar con su amiga sobre lo que sucedió - Aham - dijo susurrando e inmediatamente se dirigió a la habitación donde se había encerrado la "ladrona".